El retroceso del Ibex 35 sigue sin encontrar freno. Ni siquiera la contundencia del Banco Central Europeo (BCE) a la hora de señalar hacia una profunda revisión de estímulos en diciembre ha sido capaz de cambiar su rumbo. El índice español acumula un desplome del 7% desde el lunes que ya conduce su gráfica hasta mínimos de marzo, en pleno estallido de la pandemia.
Si entonces la inacción del BCE fue uno de los factores que provocó el hundimiento de las bolsas, este jueves la determinación exhibida por su presidenta, Christine Lagarde, ha actuado como bálsamo. Y es que el resultado podría haber sido peor, pues a media sesión el Ibex llegaba a perder un más de un 2% y los 6.400 puntos.
Al cierre de la sesión de este jueves, a cuya apertura las bolsas europeas buscaban el rebote, el Ibex caía un 0,97% hasta los 6.411,8 puntos.
Si bien esta marca mejoraba con holgura los 6.329 puntos a los que llegaba a hundirse el índice, su depreciada gráfica (-33% en lo que va de año) ya se enfrenta al reto de esquivar el desplome a mínimos del año, en los 6.107 enteros a los que echó el cierre el pasado 16 de marzo.
Una vez más, el índice español ha sido el más penalizado de Europa. El DAX alemán incluso ha conseguido aguantar el rebote al cierre. El pánico inversor ha regresa con la creciente proliferación de confinamientos severos en Europa y otras economías desarrolladas como medida desesperada para evitar la expansión de la Covid-19.
Resultados
En la cuarta sesión consecutiva de caídas para el índice español, uno de sus pesos pesados se convertía en protagonista de los descensos. Y es que Telefónica resolvía su indefinición de primera hora con un recorte del 5,2% al cierre.
Así, cada vez más lejos de la cota de los 3 euros por acción, la multinacional ha reaccionado a la caída del 50% en beneficio que ha registrado hasta el tercer trimestre del año, con ganancias de 671 millones de euros golpeadas por el impacto del deterioro de activos en Argentina y la depreciación de las divisas latinoamericanas.
Si bien el descenso del 0,9% en Repsol era más amable para los accionistas de la energética, también pesaba en la cesta del índice. Castigo también para unas cuentas que, a pesar de quedar por encima de lo esperado, han arrojado un resultado neto ajustado de 196 millones de euros que invita a pensar en dificultades añadidas para el plan estratégico que la cotizada prevé dar a conocer próximamente.
Por encima de este retroceso, y más que sobradamente, se quedaban los de Indra (-4,5%), Acciona (-3,3%) y Naturgy (-3,1%).
Banca
El Sabadell (-2,4%) y BBVA (-1,1%) se convertían en los bajistas de un sector financiero que intentaba encontrar alivio en el discurso de Lagarde. En este sentido, la modificación de los tramos de los tipos de depósito, conocidos como tiering, podría formar parte de las herramientas que el BCE podría desplegar en unas semanas.
Con estas expectativas, Bankia (+0,1%), CaixaBank (+0,2%) y Bankinter (+0,2%) escapaban del rojo. Y aún con más resolución lo hacía el Santander, un 1% arriba.
Por encima de este avance, el de varios de los valores que en los últimos días más habían perdido. Amadeus (+1,6%) y Meliá Hotels (+2,1%) se colocaban en este grupo, mientras que ACS recibía un premio a sus cuentas trimestrales publicadas al cierre de ayer en forma de alzas del 1,9%.
Alzas en los bonos
Sin embargo, el podio de las que conseguían marcar precio a contracorriente lo dominaba Solaria, que con alzas del 4,4% se contagiaba de la fuerte revalorización acumulada por Soltec en su segundo día como cotizada.
La hacían compañía Cie Automotive (+3,2%) y PharmaMar, que ayer mismo anunciaba el respaldo de la Justicia europea frente a la Comisión para el uso de su fármaco Aplidín en el tratamiento del mieloma múltiple.
Mientras tanto, la contundencia del BCE y su presidenta sí se dejaba sentir en el mercado secundario de deuda soberana. La prima de riesgo pasaba de los 82 puntos de primera hora hasta los 78 básicos del cierre. Los bonos españoles a diez años aflojaban a tipos del 0,15% frente al -0,63% de los 'bunds' alemanes.