Wall Street apostaba al alza y con contundencia este martes por lo que los analistas políticos han llamado 'ola azul'. Esto es un vuelco hacia el Partido Demócrata que otorgaría la presidencia de EEUU a Joe Biden, pero que también daría a la formación mayoría en el Congreso y el Senado. Tanto que sus principales índices cerraban con subidas cercanas al 2%, su mayor rebote de los últimos cuatro meses.
Los analistas financieros explican que este entusiasmo desconocido desde mediados de julio no se debe tanto a un posible cambio de inquilino en la Casa Blanca, sino a una mejor gobernabilidad en la mayor economía del mundo. Así, este dominio demócrata se traduciría en un seguro para la liberación de nuevos estímulos económicos y, además, en cantidades previsiblemente más abultadas que con los republicanos.
Este factor es el que movía al optimismo a Wall Street en un momento en el que la quebradiza recuperación económica está en duda con el auge de los rebrotes. No se trata tanto de descontar por ahora qué políticas implementará el candidato que finalmente se imponga en las urnas este martes, pues tanto el demócrata Joe Biden como el republicano Donald Trump cuentan con la simpatía del mercado. Algo que, por cierto, no ocurre con la 'número dos' del primero, la candidata 'azul' a vicepresidenta, Kamala Harris.
El récord histórico en voto adelantado y por correo es lo que invitaba a los observadores a pensar en esta 'ola azul' antes de conocer el escrutinio de las urnas, que en algunos casos seguirán abiertas varios días más. El Dow Jones subía un 2,06% al cierre hasta los 27.479,4 puntos. Un 1,78% ganaba el S&P 500, en los 3.369,2 puntos. El tecnológico Nasdaq continuaba la remontada iniciada el lunes un 1,85% arriba, de nuevo por encima de los 11.000 puntos, cota que rebasaba en 160 enteros.
Impulso macro
El verde se imponía en la Bolsa de Nueva York a pesar de que los números del coronavirus dejaban poco lugar al optimismo. A pesar de que han centrado buena parte de la batalla política de los últimos meses, pasaban a un segundo lugar en la jornada electoral en EEUU. La Universidad Johns Hopkins ha señalado que el país ya sufre 9,3 millones de contagios, mientras que se han producido 231.566 fallecimientos, una quinta parte de todos los registrados oficialmente a escala global.
Un bálsamo frente al avance de la Covid-19 llegaba también desde el terreno macroeconómico, el gran reto del próximo presidente. El índice ISM de Nueva York alcanzaba en su lectura de octubre los 814,8 puntos, lo que mejoraba el positivo dato del mes anterior, que ya se situaba en los 807 enteros. Además, los pedidos a fábrica repuntaban un 1,1% en su referencia de septiembre, una décima más de lo esperado y notablemente por encima del 0,6% precedente.
Cannabis y Macs
En el terreno corporativo, destacaba el repunte de GW Pharmaceuticals, del 21,2%. La compañía farmacéutica especializada en medicamentos a base de cannabis ha dado a conocer pérdidas más suaves de lo esperado además del comienzo de un estudio de Fase 3 para el tratamiento de la esclerosis múltiple. Además, los inversores descontaban que una administración demócrata podría ser más permisiva con esta industria de derivados del cáñamo.
La presentación de cuentas por encima de las estimaciones de consenso también tiraba al alza de las acciones de Sysco, un 5,7% arriba. La compañía de suministro a restaurantes y empresas de alimentación ha conseguido esquivar los peores pronósticos a pesar del impacto de la pandemia en sus números y la posible proximidad de más ayudas al sector, uno de los más golpeados en todo el mundo por los confinamientos, también impulsaba su cotización.
Los avances alcanzaban el 1,5% en Apple después de haber informado a última hora del lunes de que celebrará un nuevo evento de desarrollo el próximo 10 de noviembre. Los analistas prevén que se darán novedades sobre sus ordenadores Mac, muy posiblemente con módulos personalizables en función de las tareas para las que se usen, una nueva brecha para incrementar sus ventas.
Récord desde Obama
A pesar de que los inversores descuentan el vuelco demócrata, los últimos sondeos seguían apuntando a unos números muy estrechos entre los dos candidatos. Eso hacía que la euforia no se concentrase especialmente en los sectores que se supone que más potenciaría una administración dirigida por Biden. En su lugar, avances uniformes ante la esperanza de que los estímulos y subsidios que llevan meses paralizados por la contienda política al fin puedan ver la luz.
Esto lo demostraba el índice NYSE Arms, que mide la evolución del mercado por volumen de operaciones. En este sentido, una lectura por debajo del 0,5 en el indicador supondría compras agresivas focalizadas en los valores con más tendencia alcista. Al cierre de Wall Street de este martes, se quedaba en 0,975 puntos.
Con todo esto, los grandes índices de EEUU se apuntaban su mejor sesión electoral desde la del año 2008, cuando las urnas se decantaron masivamente por el entonces candidato demócrata Barack Obama. En cualquier caso, el antecesor de Trump en el cargo no tomó posesión del mismo hasta más de dos meses después de los comicios, el 20 de enero de 2009.
En el mercado secundario de bonos, el 'treasury' a diez años alcanzaba una rentabilidad del 0,895%, lo que significaba máximos de los últimos cinco meses y la ruptura de su media móvil de 200 sesiones. En este caso, el anticipo de un menor dispendio federal tiraba al alza de la rentabilidad exigida a estos papeles, que se disparaba un 6% con respecto a la víspera de esta jornada electoral.