Inversores, asesores, analistas: todos dedicamos muchas horas a seguir las redes sociales y los medios de comunicación. Pero yo a quien 'escucho' con más atención es siempre al mercado.
El mercado no nos habla con palabras, nos habla con movimientos, tendencias, volúmenes y reacciones ante la publicación de indicadores o novedades que surgen en el mundo y en la economía. Pero lo que dice el mercado es sin duda la mejor fuente de información que existe.
Un ejemplo muy claro lo tenemos el día en el que se anunciaron oficialmente los primeros resultados de las primeras vacunas que se encontraban en la fase más avanzada de pruebas. Y en lo que 'dicen' ahora cuando, según escribo, se anuncia la vacuna de Moderna.
Pero como en los mercados hay que adelantarse, en el número de noviembre de mi newsletter (“Los cuadernos del mercado”) hice un ejercicio de 'finanzas ficción' en el que trataba de imaginar cómo serían esos días en los que se anunciarían vacunas o tratamientos eficaces y 'observaba' con una 'máquina del tiempo' cómo reaccionaban los distintos activos.
Once días después de la publicación se produjo el primer anuncio y una semana después teníamos otro. Las reacciones fueron y volvían a ser exactamente las que explicaba en aquel capítulo, que se llamaba, precisamente, “el día de la vacuna”. Por simplificar, y porque a la hora de escuchar a los mercados es muy importante valorar el elemento sorpresa, me centraré en el día en el que se anunció la primera vacuna.
La revolución ha llegado para quedarse... y para seguir quedándose con la cuota de mercado de muchos negocios 'offline'
El “día de la vacuna” los mercados nos dijeron cuáles pueden ser los cambios de tendencia que se van a producir a corto, medio y largo plazo. Y sin necesidad de que la vacuna esté en las farmacias, porque, aunque la mayoría de analistas, gestores y asesores lo hayan olvidado, los mercados anticipan acontecimientos futuros.
Aquel día, el mercado habló 'en bruto', sin preocuparse mucho del timing. Las primeras reacciones a un cambio tan importante suelen ser bastante viscerales. Luego, hay que filtrar por plazos y depurar por sectores y modelos de negocio. Hay negocios que necesitarán de una normalidad casi absoluta para volver a ingresar igual que antes, mientras que a otros les basta con la que la vacunación de la población de riesgo reduzca las hospitalizaciones y permita levantar los confinamientos. Y algo parecido se puede decir de los negocios online.
Los confinamientos no finalizarán del todo hasta que se haya avanzado en las vacunaciones y los test rápidos. Y tampoco olvidemos que la revolución digital ha llegado para quedarse… y para seguir quedándose con la cuota de mercado de muchos negocios offline.
Pero tal vez lo más importante que 'dijo' el mercado ese día se refiere a la renta fija. Pocos de aquellos que viven de anunciar burbujas hablan de la burbuja que supone que haya más de 13 billones de dólares en bonos en los que hay que pagar por prestar a sus emisores, muchos de los cuales tienen las peores cuentas de su historia, especialmente en el caso de los gobiernos.
Tengan la seguridad de que si los precios de los bonos han subido tanto no es por que haya muchos compradores
Que haya que pagar significa que esos bonos nunca en la vida han estado tan caros. Y lo están porque los compran de forma masiva los bancos centrales, para mantener viva la economía y no entrar en recesión como consecuencia de la gestión, un tanto de brocha gorda y por lo tanto terriblemente cara, que han hecho los gobiernos de la pandemia.
No es mi intención criticar a los bancos centrales. Probablemente, si no fuera por ellos acabaríamos como en la Gran Depresión. O peor. Lo importante es que, digan lo que le digan en los medios, en las redes o en las tertulias -porque meterse con los banqueros centrales sale gratis y vende libros-, esos banqueros están deseando dejar de comprar. Porque si siguen haciéndolo pagarán las consecuencias, ya que los políticos sabrán ponerse de perfil.
Así que, tan pronto se estabilice la situación económica, empezarán los globos sonda para ir cerrando el grifo. Y tengan la seguridad de que si los precios de los bonos han subido tanto pese a que el mundo nunca ha estado tan endeudado no es porque haya muchos compradores de bonos, sino porque compran quienes más dinero tienen: los bancos centrales. Por algo son los que lo 'fabrican'.
El “día de la vacuna” los bonos sufrieron un castigo importante. Y no lo fue más porque los bancos centrales siguen comprando para cumplir con sus programas de estímulo. Podemos imaginar que pasará el día en el que 'desentuben' al enfermo -la economía global- para que vaya acostumbrándose a andar por sí sola. Y conviene recordar de nuevo que los mercados se adelantan y no van a esperar a que Lagarde o Powell anuncien el tapering.
***Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance.