El inversor más seguido de todos los tiempos ya tiene lista su cartera para afrontar la desescalada definitiva en la crisis del coronavirus. Además de haber entrado en alguna de las farmacéuticas que están trabajando en remedios para la pandemia, se ha dejado encandilar por la novata Snowflake mientras ha reducido a la mitad su particular apuesta por la reciente ‘fiebre del oro’.
Estas son algunas de las claves que arroja el último informe trimestral de Berkshire Hathaway, el brazo inversor cotizado de Buffett. Un estudio detallado del mismo permite apreciar que el magnate empieza a descontar una decidida vuelta a la antigua normalidad en la que la digitalización seguirá presente, los bancos todavía tendrán difícil lidiar con los tipos de interés en mínimos y la búsqueda de activos refugio irá a menos.
La decidida apuesta del ‘Oráculo de Omaha’ por la digitalización de la economía se percibe en una de sus apuestas más llamativas de los últimos meses. Se trata de Snowflake, una compañía volcada en el almacenamiento y la gestión de datos en la nube -es su único negocio- que debutó en la Bolsa de Nueva York el pasado 16 de septiembre, lo que la convierte en una de las ‘novatas’ de la reciente avalancha de debuts en Wall Street.
Excepción a la regla
Buffett invirtió en la compañía en su mismo estreno, contraviniendo su propia máxima de no acudir a las colocaciones iniciales de acciones. Sin embargo, la novedad de su negocio y la prudencia que los asesores se gastaron para marcar su precio inicial se ha traducido en un rotundo éxito para el magnate. De los 120 dólares por acción a los que debutó, a los casi 250 ‘billetes verdes’ que ahora se necesitan para hacerse con una de sus acciones.
La rentabilidad latente para la más reciente apuesta del inversor es del 106% y Berkshire Hathaway acumula en cartera la friolera de 6,12 millones de acciones de Snowflake. En números contantes y sonantes, ambas cifras se traducen en ganancias por más de 780 millones de dólares. Parece que a sus 90 años, el magnate no pierde facultades para detectar grandes oportunidades de negocio.
Retirada en Apple
Sin embargo, esta no es la única apuesta de Buffett en el ámbito de la digitalización y las telecomunicaciones. También ha estrenado posición en T-Mobile, el gigante del sector en EEUU tras su reciente fusión con Sprint. En cartera acumula posiciones por cerca de 2,5 millones de acciones.
En sentido opuesto, ha decidido reducir su exposición a Apple, que sigue siendo una de sus favoritas, en 36,3 millones de acciones, lo que reduce su cartera a 944,3 millones de acciones de la primera compañía de la historia que ha superado la barrera de los 2 billones de dólares de capitalización. Un movimiento que, unido a los dos anteriores, parece sugerir que el momento de las FAANG ha pasado para que otras tomen el relevo en esta megatendencia económica.
Menos oro
Donde también parece apreciar un cambio de ritmo significativo es en el oro. Después de que la preciada materia prima haya marcado máximos históricos en esta pandemia, el magnate reduce a casi la mitad (-43%) su particular apuesta por una tendencia que terminó alimentando con aquel movimiento.
El documento remitido a la Comisión de Valores y Bolsa de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) recoge que su inversión en la minera Barrick Gold se queda en 12 millones de acciones frente a los casi 21 millones de hace solo tres meses. Drástica reducción, pero sin abandonar la posición por completo.
Supermercados y vacunas
Eso es precisamente lo que sí ha ocurrido con la firma de distribución mayorista Costco, su única retirada. En la cartera de Buffett ya no queda ni una muestra de los 4,33 millones de acciones que hace tres meses aglutinaba el brazo inversor del magnate. Una retirada que coincide con el regreso a cierta normalidad de los volúmenes de ventas en supermercados después de meses de acopio por parte de la población como prevención ante posibles confinamientos.
En lo que se refiere a la lucha más pura contra el coronavirus, la que se libra en el terreno médico, el reputado inversor ha hecho su apuesta. Además de en Pfizer, que hace una semana anunciaba una efectividad del 90% para su vacuna, Berkshire Hathaway estrena posiciones en AbbVie y Merck & Co. Sus apuestas alcanzan un peso de 3,7 millones de acciones, 21,3 millones y 22,4 millones, respectivamente.
Indulto a Bank of America
Por último, el casi centenario inversor muestra su desconfianza en que la banca pueda alcanzar el potencial que señalan los analistas en sus previsiones. Aunque mantiene posiciones en las siete entidades financieras en las que ya estaba presente hace tres meses, reduce su inversión en seis de ellas. Solo se salva Bank of America, donde incrementa su cartera en un 9,2% hasta 1.010,1 millones de acciones.
En este caso, la clave podría estar detrás del mejor desempeño que este banco ha marcado en sus negocios independientes de la evolución de los tipos de interés, que se descuentan en mínimos históricos por varios años. En el otro extremo, JP Morgan, donde Buffett ya solo conserva posiciones por 967.267 acciones, un 95,6% menos que hace un año.
La lista de bancos por los que apuesta el magnate se completa con BNY Mellon (0%), M&T Bank (-35,6%), PNC Financial (-64%) -el comprador de la unidad de negocio de BBVA en EEUU-, US Bancorp (0%) y Wells Fargo (-46,4%). Dentro del sector, también apuesta por American Express, MasterCard, Moody’s y Visa.