Escribir una perspectiva con un año de anticipación siempre es un desafío, pero hacerlo en medio de una pandemia lleva esa definición al extremo. Sin embargo, al mirar hacia 2021, encuentro razones para el optimismo. El panorama para el próximo año es de mejora y, con suerte, de un retorno gradual a la normalidad. Dicho esto, una cosa que todos hemos aprendido de 2020 es que siempre debemos esperar sorpresas.
Mientras estamos en medio de una segunda ola en Europa y una tercera ola en EE. UU., los recientes anuncios de vacunas han cambiado drásticamente el panorama. Los niveles de eficacia están por encima de las expectativas y los efectos secundarios parecen mínimos. Por ello, los inversores ya están considerando la posibilidad de volver a la normalidad. Sin embargo, aún quedan varios obstáculos.
En primer lugar, es poco probable que una inmunización generalizada se produzca antes de mediados de 2021, lo que sugiere que se avecinan meses dolorosos.
Una cosa que todos hemos aprendido de 2020 es que siempre debemos esperar sorpresas
En segundo lugar, la logística de la vacuna sigue siendo un desafío. Además, la voluntad de ser vacunado no es algo que se dé por sentado, incluso entre los segmentos más vulnerables de la población. No obstante, suponiendo que estos obstáculos se eliminen y la distribución se haga sin problemas, algunas partes del mundo podrían empezar a volver a la normalidad en verano.
Entretanto, será un largo y probablemente doloroso invierno. Las medidas de contención están en curso en Europa, y solo se aflojarán parcialmente durante el invierno por temor a un tercer encierro riguroso. En EE. UU., diferentes estados están promulgando distintas medidas, si bien no anticipamos un cierre nacional.
En este contexto, con China a la cabeza, Asia mostrará una senda de crecimiento mucho más fuerte que Occidente, al haber manejado mejor la crisis sanitaria y haber iniciado el retorno a la normalidad antes que otras regiones. EE. UU., como ya es habitual, debería seguir demostrando su capacidad de recuperación y los consumidores deberían aprovechar los ahorros para alimentar el consumo.
Dicho esto, la siguiente fase del estímulo fiscal es necesaria. En mi opinión, el nuevo impulso fiscal, junto con medidas de confinamiento más suaves y su posterior reapertura, debería dar lugar a un fuerte crecimiento. En la retaguardia estará Europa, donde unas restricciones más estrictas y unas conversaciones fiscales más duras deberían mantener el crecimiento atenuado, aunque exista un potencial de recuperación para el Viejo Continente a partir de la primavera.
Unas restricciones más estrictas y unas conversaciones fiscales más duras deberían mantener el crecimiento atenuado en Europa
Una cosa con la que los inversores pueden contar es el apoyo continuo de los bancos centrales. De hecho, están intensificando las medidas de emergencia y presionando a los responsables políticos para obtener un apoyo fiscal adicional. El próximo año -y más allá- debería ver una continuación de esto. El estímulo fiscal, por otra parte, no es tan fácil de conseguir, pero creo que la necesidad acabará superando a la política.
Con las expectativas de los programas de flexibilización cuantitativa (QE) en curso y una mayor expansión fiscal, el tema de la inflación vuelve a estar en primer plano. Al menos para 2021, no creo que la inflación sea una preocupación y espero que cualquier aumento de la inflación sea pasado por alto por los bancos centrales.
En consecuencia, es previsible que la renta variable se recupere y que se produzca una rotación hacia bolsa internacional y sectores cíclicos, así como hacia smallcaps. En suma, la pregunta es cuánto se ha puesto ya en precio, y, por lo tanto, ¿está limitada la subida?
En mi opinión, gran parte de las buenas noticias ya están puestas en precio, pero no significa que el potencial alcista sea más limitado. La mayoría de los mercados, especialmente fuera de EE. UU., siguen estando muy por debajo de los niveles de febrero, lo que sugiere que aún queda mucho por hacer.
Europa debería ser uno de los beneficiarios de la reapertura del comercio, ya que los índices se mantienen muy por debajo de los de EE. UU. y muy inferiores a los niveles anteriores a la crisis. El fondo de recuperación de la UE y el apoyo adicional del Banco Central Europeo (BCE) deberían contribuir a la recuperación del sentimiento, apoyando una recuperación de las finanzas.
Con un fuerte repunte del crecimiento encabezado por China y un mejor manejo de la situación sanitaria, Asia emergente debería seguir teniendo demanda. Las mejoras en el comercio mundial y la posible reducción de los aranceles por parte del presidente electo Biden deberían ayudar. Aunque la región ha sido considerada como una jugada más defensiva en las últimas semanas, todavía veo potencial para el próximo año.
Los índices siguen estando muy por debajo de los niveles de febrero, lo que sugiere que aún queda mucho por hacer
En otros lugares de los mercados emergentes, el potencial de recuperación es grande, pero siguen existiendo riesgos idiosincrásicos y debería considerarse una preferencia por Asia.
En un entorno de política de tipos de interés cero y de una montaña de 18 billones de dólares de deuda en negativo, la búsqueda de rendimiento está destinada a continuar. No obstante, los diferenciales ya han recuperado gran parte de su ampliación en 2020, lo que deja menos margen para la compresión, en particular en el grado de inversión.
Hay más posibilidades de estrechar los márgenes en alto rendimiento (high yield) y en la deuda de los mercados emergentes, pero se debe tener cierta precaución en el caso del high yield, dado el continuo riesgo de impago. La búsqueda de rendimiento también es probable que potencie aún más otra tendencia: los inversores continuarán buscando el rendimiento y la diversificación con activos privados.
Si todo va bien con las vacunas, creo que el año 2021 nos permitirá empezar a pasar la página de la pandemia de la Covid-19 y podría ver a los mercados volver gradualmente a la normalidad, con un rebote del crecimiento y las ganancias.
Como tal, mi perspectiva es constructiva en cuanto a los activos de riesgo. Aún así, los inversores pueden querer seguir buscando estrategias alternativas y ganadores seculares a largo plazo, como las estrategias ASG, para la diversificación.
***Esty Dwek es jefa de Estrategia Global de Mercados de Natixis Soltions en Natixis Investment Managers