Las ganancias de primera hora en las bolsas europeas se convertían en pérdidas al cierre. La cautela con la que el Banco Central Europeo (BCE) miraba este jueves la economía de la región, junto a la posibilidad reconocida de que no llegue a usar todo el volumen movilizado para compras de deuda, imponía el rojo. El Ibex 35 perdía un 1% hasta los 8.122,1 puntos. De nuevo, lejos de los 8.200 enteros reconquistados ayer por la mínima.

Es cierto que el organismo presidido por Christine Lagarde ha reiterado su compromiso de mantener e incluso reforzar los estímulos desplegados en diciembre. Sin embargo, la insistencia en los riesgos que conlleva la tercera ola del virus en Europa y la falta de acompañamiento de medidas de estímulo fiscal despertaban cierto pesimismo entre los inversores.

Así aparecía el freno que limitaba el alcance de los dos motores clave de la sesión en la bolsa española. El primero de ellos, destacado desde la apertura, era Cellnex, que subía un 1,7% tras el acuerdo para integrar más de 3.000 torres de Deutsche Telekom en Holanda. Una operación con la que se resarce de haber perdido la oportunidad de hacerse con las torres de Telefónica, que finalmente se adjudicó su rival American Tower.

El segundo -primero en la tabla- era Bankinter. Sus acciones sumaban un 4,3% a contracorriente una vez que publicaba un balance anual que superaba las previsiones de consenso con un beneficio neto de 317 millones de euros. El retroceso del 42,4% frente al ejercicio anterior por efecto de las provisiones se compensaba con creces con la determinante promesa de la entidad de retomar el pago de dividendos por el máximo permitido por el BCE tan pronto como reciba el visto bueno del supervisor.

También se movían entre las más pujantes de la sesión las acciones de Siemens Gamesa (+3,8%), Indra (+1,3%) y Acerinox (+0,9%).

Si en la apertura ni un solo valor se teñía de rojo, al cierre los bajistas eran mayoría. Al frente de los mismos, la socimi Colonial, que caía un 5,1% hasta descolgarse de los 8 euros por acción. Su compañera de sector, Merlin Properties, se dejaba un 4%. U poco más, un 4,3% cedía la constructora ACS. 

Más allá del índice rey de la bolsa española, Solarpack se apuntaba un retroceso del 13,3% una vez que sus fundadores y la familia Ybarra Careaga se deshacían de un 12,4% de la renovable con el objetivo de dotar de más liquidez a sus acciones.

Aún más profundo era el recorte en las acciones de OHL, que se dejaban un 14,7% una vez que la compañía cerraba un acuerdo de refinanciación que contiene una doble ampliación de capital con un descuento de nada menos que el 48% sobre su precio de cierre del miércoles.

Por el mercado secundario de deuda soberana, las palabras de Lagarde tenían un efecto directo sobre la rentabilidad de los bonos españoles, que alcanzaban un 0,131%. Hacía dos meses que no ofrecían tipos tan elevados. No obstante, la contracción del 'bund' alemán al -0,5% se traducía en una prima de riesgo estable en los 61 puntos básicos.