La reciente carrerilla de Prisa en bolsa corre el riesgo de agotarse. A la espera de que el nuevo consejo de administración encabezado por Joseph Oughourlian mueva ficha, el grupo de medios ha consumido su potencial alcista al calor de los últimos movimientos en su capital.
Desde que la junta de accionistas del pasado 18 de diciembre votó por la destitución de Javier Monzón como presidente de Prisa, sus acciones han subido un 24%. Si se toma como punto de partida el anuncio de la venta de Santillana España y la refinanciación de sus deudas, el engorde de su cotización en bolsa alcanza el 98%. Sin embargo, estos avances podrían haber tocado techo.
A falta de que la nueva cúpula directiva del grupo de medios tome decisiones ejecutivas que redunden en la rentabilidad de sus negocios, los analistas creen que no hay motivos para que la remontada pueda seguir alargándose mucho más. Y es que, solo en los últimos seis meses -que es el tiempo que coincide con la negociación de los últimos flecos de su refinanciación- la subida ha sido de nada menos que el 125%.
Máximos de 10 meses
En la última semana, coincidiendo con el relevo de HSBC por Vivendi como accionista relevante de la empresa editora de ‘El País’, las acciones de Prisa han llegado a visitar los 1,13 euros por acción. Una cota a la que no se asomaban desde primeros de marzo, antes de que la pandemia de la Covid-19 diese su peor azote a los medios de comunicación. Una cota que ya sobrepasa lo que sus últimas novedades justifican a juicio de los analistas que más de cerca siguen su evolución.
El precio objetivo de consenso que le otorgan los expertos se sitúa en los 0,89 euros por acción, un 11,7% por debajo de lo que actualmente marca su gráfica. Además, las revisiones de recomendación más recientes vienen a confirmar esta tesis. Desde Alantra, cuyos analistas revisaron números para la compañía el pasado 22 de enero, no ven justificables precios por encima de los 0,9 euros por acción, razón por la que se decantan por una posición neutral hacia la compañía.
Esta última es la postura mayoritaria hacia una compañía en la que muchos están optando por la estrategia de esperar y ver. Solo uno de los analistas que conforman el consenso de Refinitiv se decanta por la venta para embolsarse sus recientes ganancias. Esta es la invitación de Banco Sabadell, que en su última actualización de previsiones coincidente con el anuncio de la refinanciación de deudas del grupo, dejó su precio objetivo en los 0,7 euros por acción.
Al otro extremo, solo uno considera que es momento de lanzarse a la compra ante las mejoras que estima que están al venir en la cabecera de Cadena Ser. Esta es la recomendación de Nau Securities, que no extrañamente el pasado 23 de diciembre estiró su precio objetivo hasta los 1,4 euros por título. Esta cota es, con mucho, la más generosa de cuantas señalan los expertos para la ahora presida por el armenio Oughourlian.
El punto de partida
Con estos consejos encima de la mesa, es fácil concluir que esta vez el optimismo de los inversores ha corrido más que el de los analistas. En este sentido, es significativo mencionar que cuando se anunció la esperada refinanciación de deudas del grupo, sus acciones apenas conseguían cotizar en los 0,57 euros, pero el consenso de mercado señalaba un potencial de algo más del 73% al establecer un entonces lejano precio objetivo de 0,99 euros.
Ahora, esta cota se queda un 2% por debajo del último precio marcado por Prisa en el Mercado Continuo. Y eso que este lunes el grupo de medios se vio arrastrado por el pesimismo generalizado en torno a la proximidad de la recuperación económica y el fin de la pandemia para acabar con caídas del 1,95%. Un paso atrás que no quita para que solo en la última semana las subidas sumen un 9,92% para sus acciones.
El impulso de Vivendi
El último impulso a esta reciente escalada de precios ha tenido lugar al calor del relevo de HSBC por Vivendi en el accionariado de Prisa. Y más que relevo, puesto que el grupo francés ha incrementado su participación en la cotizada española hasta un 9,9% de su capital social, mientras que el banco anglo-asiático tan solo era dueño de un 7,89% de la empresa al colocar el cartel de ‘se vende’.
En el papel que los galos desempeñen a favor del nuevo consejo de administración de Prisa y sus planes para reorganizar la compañía podría estar la chispa que necesitan los analistas para que prenda la mecha de las mejoras de precio objetivo y consejo inversor. De momento, lo que ha trascendido es que más pronto que tarde contarán con un asiento en el órgano rector de la empresa española.
El cambio que comenzó hace cinco semanas tiene aún tareas por delante de cuya consecución dependerá que los analistas vuelvan a ver margen de mejora en las acciones del grupo editor de ‘El País’. Como señalan desde Bankinter, “la situación fundamental de Prisa es débil” incluso después de su refinanciación de deudas.
De que esto cambie dependerá también que desde esta casa y otras muchas dejen de recomendar la venta de las acciones de la compañía. La misma que en junio del año 2000 debutó con un valor de 4.551 millones euros de los que solo 712 permanecen ahora.