La mayoría de españoles conoce los nombres de las grandes energéticas del país, pero no tantos saben qué grandes inversores son sus accionistas. La necesidad de tener bien controlado el mapa accionarial de un sector tan crítico para la economía ha vuelto a quedar en evidencia con la oferta del fondo australiano IFM para hacerse con una buena porción de Naturgy.
La cuestión siempre ha sido relevante, pero ha ganado importancia con el descalabro de precios que desde hace ya casi un año sufre el grueso del sector a consecuencia del impacto de la crisis. Tanto es así, que la oferta del fondo de pensiones australiano no ha sido el primer toque de atención en este tiempo, sino que ya quedó en evidencia cuando JP Morgan irrumpió con un 6,8% de Repsol en pleno pico de la primera ola de la pandemia.
Aunque, de momento, ninguna de las operaciones formuladas ha supuesto una oferta por el control total de las firmas del sector, el incremento de posiciones de inversores extranjeros pone en riesgo la españolidad que otras compañías ya perdieron, como Endesa y Siemens Gamesa. En cualquier caso, el blindaje diseñado por el Gobierno el año pasado y reforzado hace unos meses le permite vetar cualquier transacción que implique el control de un mínimo del 10% del accionariado de una compañía considerada estratégica.
Dos filiales
La energética española en la que más peso tiene un solo inversor extranjero es Endesa, que desde 2009 es filial del grupo italiano Enel. Después de varios movimientos en su accionariado, la firma transalpina aglutina un 70,1% de la compañía cotizada en Madrid. Un paquete que actualmente está valorado en 16.207 millones de euros.
Además, un 1% adicional está en manos de la gestora Fidelity, tal y como recogen los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El otro caso de ‘filialización’ de una energética española de las que forman parte del Ibex 35 es el de Siemens Gamesa. La compañía, que realmente no se dedica al negocio energético sino al desarrollo de aerogeneradores, es actualmente propiedad de Siemens Energy -la rama en la que la alemana Siemens agrupa todas sus actividades en el sector- al 67,07%. Sin embargo, los germanos no están solos.
Un 3,43% de la vizcaína está en manos de BlackRock, el gigante estadounidense que este mismo martes repetía su alegato a favor de la transición ecológica en todos los sectores en los que invierte a lo largo y ancho del mundo. Además, un 0,53% obra en manos de uno de los vehículos que gestiona las pensiones públicas de los jubilados de Canadá. Y a través de posiciones bajistas.
Familias fundadoras
Su compañera renovable en el índice forma parte de la cartera de dos grandes inversores internacionales en posiciones largas y otros dos en cortas. No obstante, la principal accionista de Solaria es la familia fundadora Díaz-Tejeiro, que aglutina un 39,96% de la compañía a través de la sociedad DTL Corporación.
A una holgada distancia se coloca BlackRock, que es dueño de un 6,63% de la compañía especializada en energía solar. Este paquete convierte al fondo estadounidense en el segundo accionista de la ‘novata’ del Ibex 35, donde Invesco aglutina un 3,01% del capital.
Mientras tanto, los hedge funds Helikon Investments y Marshall Wace declaran un 1,69% y un 0,5% de la compañía. Respectivamente y a través de unas posiciones cortas que amenazan su pujante rally acumulado en los últimos meses.
No es la única energética del Ibex que permanece bajo el control de sus fundadores.
Este es también el caso de Acciona, que aunque tienen una buena parte del negocio en construcción y concesiones ha incrementado cada vez más la importancia de la energía en su balance. Los Entrecanales suman actualmente, después de la retirada de una de las ramas de la saga, un 55,12% de sus títulos.
Solo dos fondos internacionales declaran hoy por hoy posiciones relevantes en el capital de esta cotizada. Y en ambos casos por porcentajes testimoniales. Invesco reconoce ser dueño de un 1,04% de Acciona, una porción que tiene que declarar por estar domiciliado a estos efectos en el ‘paraíso fiscal’ de Bermudas.
Un 0,78% adicional obra en manos de Ako Capital, que declara esta posición en corto sobre la española.
La custodia de la SEPI
En el caso de Red Eléctrica, el accionista de referencia es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que cuenta con un 20% de sus acciones según la última notificación remitida al supervisor. La única compañía con que cuenta este brazo inversor del Ministerio de Hacienda es el fondo BlackRock, con un 3,15%.
Más recientemente, Ako Capital ha emergido como titular de un 0,51% de sus acciones a través de posiciones bajistas. A consecuencia de estas inversiones, algo más de un 76,3% del capital de la compañía que desde hace casi un año preside Beatriz Corredor está considerado como de libre circulación.
La SEPI también forma parte del capital de Enagás, la energética española que cuenta con mayor número de accionistas relevantes en la actualidad. Sin embargo, entre todos apenas suman un 26,85% del accionariado. No es de extrañar que la sociedad pública repita aquí, pues se trata de la empresa responsable de la distribución del gas en el país.
El peso de esta sociedad alcanza un 5% del capital de la gasista, en pleno empate con Amancio Ortega, que aglutina aquí por tanto una inversión que ronda un valor de mercado de más de 240 millones de euros. Después, la lista sigue con Bank of America (3,61%), BlackRock (3,38%), Mudabala (3,1%), Crédit Agricole (3,04%) y State Street (3,01%).
Cabe mencionar el caso de Mudabala, nombre al que responde el fondo soberano de Abu Dabi, que irrumpió en la compañía en octubre del año pasado y se identificó como una apuesta por el plan de hidrógeno renovable de la española. Además, a todos los anteriores, se puede sumar Alliance Bernstein, que declara un 0,7% de la compañía a través de posiciones cortas en su capital.
Las fortunas nacionales del Golfo Pérsico también están presentes en otra energética española. El fondo soberano de Catar es accionista de Iberdrola desde 2011 y actualmente es dueño de un 8,69% de su capital social. Un porcentaje con el que aventaja al casi omnipresente BlackRock (5,25%) y al fondo soberano de Noruega, que declara un 3,12% de la eléctrica que preside Ignacio Galán.
Petróleo y gas
En el caso de la petrolera Repsol, con un 75,5% de sus acciones fuera del control de sus grandes accionistas, este grupo lo lidera la concesionaria española Sacyr, que es dueña de un 8,2% de sus acciones, valorado actualmente en casi 1.100 millones de euros. El recientemente llegado JP Morgan es segundo en la lista con su 6,86%.
La lista se completa con otros dos grandes fondos de inversión. En la petrolera que preside Antonio Brufau la francesa Amundi se reconoce como dueña de un 4,5% de sus acciones. Además, vuelve a hacerse presente BlackRock, que con un 4,99% de su capital suma posiciones en seis de las nueve energéticas que cotizan en el Ibex 35, en las que acumula una inversión conjunta que roza los 6.050 millones de euros.
Por último, el blanco del objetivo del fondo IFM. Al frente del capital de Naturgy está su socio histórico Criteria Caixa, el brazo inversor del Grupo la Caixa, que cuenta con un 24,42% del capital de la multieléctrica. Un 20,41% de la misma está en manos del fondo CVC y otro 20% obra en manos de GIP.
Si bien los dos últimos ya se han pronunciado en contra de la oferta australiana, la primera aún no ha emitido una opinión formal. Aunque es cierto que IFM no ha formulado aún oficialmente su oferta de 23 euros por acción para hacerse con hasta un 22,69% de Naturgy, la españolidad de la compañía se juega en el paquete del grupo financiero.
En este sentido, un 3,85% obra en manos de Sonatrach y el fondo especulativo Marshall Wace declara un 0,5% de la compañía a través de cortos. Si ninguno de estos vendiera, el capital libre de la antigua Gas Natural se vería reducido por debajo del 10%, un argumento que los analistas han tenido muy en cuenta a la hora de recomendar a los pequeños inversores que se despreocupen de las cuestiones de Estado y vendan sus acciones.