La economía china fue la primera en ser golpeada por la crisis de la Covid-19 y también la primera en recuperarse. Actualmente, algunos de sus indicadores económicos se sitúan en niveles más altos que antes de la pandemia. La situación sanitaria permanece bajo control, lo que debería permitir que China reporte un crecimiento económico positivo.
A diferencia de la mayoría de los países desarrollados, la segunda economía más grande del mundo no aplicó importantes planes de estímulo fiscal ni proporcionó un apoyo monetario significativo. Este enfoque permite que China tenga un margen de maniobra significativo para apoyar su crecimiento en caso de una futura contracción de la economía.
La reciente firma del acuerdo de libre comercio Asociación Económica Integral Regional -cuyos signatarios representan casi un tercio de la población y la economía mundiales- debería dar lugar a un aumento de la participación en el mercado de las grandes empresas chinas en esta esfera. Un crecimiento similar al de la participación de las empresas alemanas en la nueva Unión Europea en 1999.
La fuerte voluntad política de impulsar a ciertas empresas chinas a convertirse en líderes mundiales en sectores de vanguardia, como la tecnología, la atención sanitaria, la industria aeroespacial y la robótica, apoya el impulso industrial de China.
Formalizada en el plan "Made in China 2025" e identificada como una prioridad nacional, es probable que esta ambición aumente significativamente, el crecimiento de las ventas y los beneficios de determinadas empresas clave. De manera bastante notable, en la última década, este crecimiento ha sido comparable al de EEUU, pero mayor que el de Europa y los países emergentes en su conjunto.
El mercado de valores chino tiene sus propios puntos de referencia para permitir que los inversores aprovechen la capacidad de innovación
De regreso al presente, la composición del mercado chino se caracteriza por su alta exposición a tecnología prometedora, los servicios de comunicaciones y los sectores discrecionales del consumidor. Los sectores growth representan actualmente más del 30% del índice de referencia, un porcentaje mucho más alto que el que se observa en el mercado europeo, por ejemplo.
Al igual que el Nasdaq en EEUU, el mercado de valores chino tiene sus propios puntos de referencia para permitir que los inversores aprovechen la capacidad de innovación y el potencial de crecimiento de las empresas activas en los sectores tecnológicos. Los índices ChiNext y Star son los ejemplos más conocidos.
La multitud de temas y la amplia diversidad del mercado chino también se exponen en el índice New China -que capta el impulso de crecimiento del consumo y los servicios domésticos- y en el programa 'Nueva Infraestructura'. Este programa, puesto en marcha para contrarrestar los efectos negativos de la pandemia en la actividad económica, requiere importantes inversiones (alrededor de 1,5 billones de dólares para 2025) en la infraestructura digital del país.
Concretamente, este plan tiene por objeto desarrollar la red 5G, instalar estaciones de recarga de vehículos eléctricos, ampliar la red de transporte de alta velocidad y construir centros de big data.
Las prácticas relativas a la transparencia, el acceso a la información y la protección de los inversores han mejorado considerablemente
Los mercados financieros chinos han sido de difícil acceso para los extranjeros durante mucho tiempo y, en general, solo han estado abiertos a los agentes institucionales, pero su marco jurídico y sus procedimientos operativos se han facilitado considerablemente en los últimos años. Al mismo tiempo, han proliferado las oportunidades de comerciar con valores nacionales, aumentando así la diversidad de los vehículos financieros en los que se puede invertir desde el extranjero.
La liberalización de los mercados de capital que se ha producido en China en los últimos años también ha ido acompañada de un marco reglamentario más sólido, que está convergiendo gradualmente hacia las normas internacionales. Por consiguiente, las prácticas relativas a la transparencia, el acceso a la información y la protección de los inversores han mejorado considerablemente, lo que ha aumentado el atractivo de los activos locales entre los inversores extranjeros.
Por último, la composición de la riqueza de los hogares chinos se caracteriza por la baja inversión en acciones y en valores financieros en general. A medida que aumenta la renta de la población, la reasignación de los grandes patrimonios privados de China, que principalmente adoptan la forma de activos inmobiliarios, podría aumentar el flujo de inversiones en renta variable local.
Es particularmente probable que esta tendencia se intensifique, dado que los ahorros de precaución de los hogares están disminuyendo y el número de opciones de inversión de que disponen, principalmente planes y seguros de pensiones, está en aumento.
***François Léonet es gestor sénior de carteras en Edmond de Rothschild