Wall Street arrancaba la semana con tono mixto. Los grandes índices neoyorquinos divergían en rumbo ante el repunte en los rendimientos de los bonos federales. Las expectativas de ciertas tensiones inflacionistas tiraba al alza de la rentabilidad de la renta fija soberana y ponía en entredicho la continuidad de máximos históricos en el mercado de renta variable y especialmente en las tecnológicas.
Las expectativas de que el Congreso de EEUU aprobase definitivamente el plan de estímulos presidencial de Joe Biden se quedaban cortas para, sin más novedades, compensar el creciente temor a un progresivo regreso de inversores hacia posiciones más seguras en renta fija. Un movimiento que se vería acelerado por el hecho de que muchos gestores han venido asumiendo más riesgo del habitual para sus carteras en los últimos meses, como reveló un reciente estudio de Bank of America.
Con este escenario, los 'treasuries' -como se conoce a los bonos federales- seguían engordando tipos. Mientras, el Dow Jones escapaba de las caídas de la apertura con subidas del 0,09% hasta los 31.521,7 puntos. Un 0,77% se dejaba el S&P 500, en los 3.876,5 puntos. El Nasdaq caía con más fuerza hasta los 13.533 puntos al dejarse de una tacada más de 340 puntos o un 2,46%. Su segunda peor sesión del año.
Mientras tanto, los bonos estadounidenses a diez años marcaban tipos del 1,394% en algunos cruces intradía. La subida no frenaba a pesar de que la semana pasada se hubiera producido el mayor incremento de tipos para esta referencia desde hace mes y medio. Una mayor rentabilidad a menor riesgo que comenzaba a comprometer las altas valoraciones que algunos índices y cotizadas estadounidenses han alcanzado en los últimos meses.
Y eso que se hablaba cada vez con más fuerza del posible despliegue de un programa federal de desarrollo de infraestructuras que potenciaría el crecimiento de la primera economía del mundo y, sobre todo, la creación de empleo, aunque a costa de incrementar su déficit. Su dotación sería independiente del plan de estímulo de 1,9 billones.
Motores y ruedas
En el terreno corporativo, Boeing caía un 2,1% una vez que ha recomendado suspender las operaciones de los 69 aviones de su modelo 777 en servicio, así como de otros 69 más equipados con los motores Pratt & Whitney 4000-112, igual que el que ardió en pleno vuelo de United Airlines (+3,5%) al inicio de un trayecto entre Denver y Hawái.
Mejor rumbo era el que marca la gráfica de Goodyear. Sus acciones subían un 21% después de haberse anunciado una operación para hacerse con el control de Cooper Tire & Rubber (+29,4%) por 2.500 millones de dólares.
Un 3,5% subían los títulos de M&T Bank después de conocerse que ha alcanzado un acuerdo para la compra del People's United Financial por 7.600 millones de dólares. La transacción se cerrará íntegramente mediante un canje de acciones. Las de la entidad opada subían un 14,9% al cierre de la sesión en Wall Street.
Cambios de rumbo
Al alza se movían también los títulos de Kohls Corp, un 6,2% arriba. Es la reacción del mercado a las noticias publicadas por The Wall Street Journal, en las que se indica que un grupo de inversores activistas se habría hecho con un paquete significativo de acciones con el objetivo de sentarse en el consejo de administración de la firma para imprimir un nuevo rumbo en su gestión.
Mientras tanto, la metalúrgica Alcoa subía un 7,2% en la jornada en la que llegaba a un acuerdo con el Gobierno español para buscar salida a su fábrica gallega de San Cibrao antes del próximo 30 de abril. Algo más de dos meses en los que desbloquear una situación que lleva enquistada desde que la multinacional del acero anunció sus intenciones de abandonar la instalación lucense.