El empleo parece entrar en camino de recuperación en EEUU a medida que se reabre la economía, según los últimos datos. Específicamente, se crearon 379.000 empleos en febrero y la tasa de desempleo se redujo ligeramente al 6,2%.
En mayo del año pasado, EEUU agregó una cantidad récord de puestos de trabajo, de forma que parecía que la recuperación en forma de V sería inminente. Sin embargo, estuvieron lejos de la verdad ya que en los siguientes meses las buenas noticias se detuvieron, al menos en lo que respecta al empleo.
De tal manera que no fue nada parecido a un rebote que algunos pronosticaron el año pasado. Por el lado de las prestaciones por desempleo, pivotan alrededor de 700.000 y no parece que esta tendencia cambie a la baja pronto.
El desempleo también se ha mantenido alto entre quienes presentan reclamaciones en virtud del programa de Asistencia por Desempleo Pandémico (PUA, por sus siglas en inglés). A principios de enero, el total de reclamaciones continuas bajo este esquema era de 8,3 millones, continuando una larga y lenta tendencia a la baja. A principios de marzo, las reclamaciones continuas solo habían caído a 7,3 millones.
Al mismo tiempo, no tenemos que olvidar que el cálculo oficial del desempleo excluye a un gran número de personas que quisieran tener trabajo, pero que se rindieron y dejaron de buscarlo. Muchos otros solo están técnicamente desempleados "temporalmente", pero en la práctica están desempleados.
En resumen, está bastante claro que EEUU todavía se encuentra en medio de una recesión laboral. Para un recuperación en forma de V necesitaríamos algo más que optimismo por parte de los periódicos. Hasta entonces, es probable que tengamos que mirar al PIB de la misma forma en que miramos en los precios de las acciones: mucho optimismo y crecimiento en algunos sectores de la economía, pero que tiene muy poco que ver con la realidad, así como con las finanzas personales y las perspectivas laborales de millones de estadounidenses comunes.
En el caso de Europa, las cosas están incluso peor. El sector privado lleva cuatro meses consecutivos en caída, según los últimos datos del índice compuesto de gerentes de compras (PMI). El indicador se situó en febrero en los 48,8 puntos frente a los 47,8 de enero debido a la contracción del sector servicios.
Es probable que tengamos que mirar al PIB de la misma forma que a los precios de las acciones: mucho optimismo, pero muy poco que ver con la realidad
La doble recesión en la Eurozona se debe principalmente a la reimposición de restricciones que claramente siguen afectando al sector de servicios. Por el lado de la vacunación, Europa está experimentando problemas de suministro.
Por último, es verdad que si las campañas de vacunación consiguen reforzar el crecimiento del sector servicios a la vez que el sector manufacturero se mantiene robusto, es probable que veamos un empuje de la economía europea en la segunda mitad del año.
En resumen, seguimos lejos de plena recuperación a pesar de que las bolsas indiquen lo contrario. Las políticas monetarias expansivas ayudaron a reanudar la inflación, pero ahora los bancos centrales tienen que empezar a controlarla y esto sin regresar a niveles de empleo prepándemicos.
En este contexto, la pregunta surge, ¿estamos en la estanflación?
***Igor Kuchma es analista de Trading View