Las bolsas europeas volvían del parón de Semana Santa animadas por las previsiones de reapertura económica en países como Reino Unido y Portugal, así como por la amable revisión de previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI). El Ibex 35 subía un 0,66% hasta los 8.634,6 puntos, aunque fallaba en el ataque a los 8.700 enteros con los que llegaba a soñar en los cruces más alcistas.

Entre los valores más pujantes de la sesión, un buen número de financieros, que volvían a convertirse en motor de la sesión. Al cierre, subidas del 2,5% en Mapfre, del 2,3% en Banco Sabadell y del 1,8% en BBVA, por citar solo algunos ejemplos. Algunos industriales como Indra (+2,5%) y ArcelorMittal (+1,6%) también impulsaban el índice junto a Iberdrola, uno de sus pesos pesados, que sumaba un 2,4% a su gráfica.

A la fiesta alcista se sumaban también valores turísticos, como Meliá Hotels, que sumaba un 3,9% y se colocaba en cabeza de la tabla de revalorizaciones. Un 1,7% repuntaba IAG y un 0,8% conseguía avanzar Aena. En buena medidas animados por las previsiones del FMI, que estima una recuperación del 6,4% para la economía española este año, al frente de la economía mundial junto a EEUU.

Al otro extremo de la tabla de revalorizaciones, los valores del sector energético se colocaban entre los más penalizados de la sesión. Más concretamente, los más vinculados a la generación renovable por la posibilidad de que Washington establezca aranceles a las empresas del sector procedentes de España. Así,  Solaria llegaba a caer un 6%, aunque al cierre limitaba su retroceso al 2,6%. Mientras tanto, Acciona, que sigue preparando la salida a bolsa de su filial de energías limpias, cedía un 4,9%. Un 2,7% se dejaba Siemens Gamesa.

El golpe de primera hora se amortiguaba en el caso de Grifols conforme avanzaba la sesión. La compañía farmacéutica se dejaba un 1,5% después de haber obtenido resultados menos prometedores de lo esperado en su fármaco a base de hemoderivados par combatir la Covid-19.

Con todo, el índice español conseguía enfrentarse con éxito a la frontera de los 8.630 puntos. Una cota que su gráfica debía mantener para asegurarse una posición con margen para marcar nuevos máximos anuales. Un paso al frente al que también contribuían los datos de paro de marzo, que apuntaban una situación algo más amable de la que se descontaba, con algo menos de 4 millones de ciudadanos en desempleo.

Por el mercado secundario de deuda, la rentabilidad del bono español se coloca en el 0,34%, ligeramente por debajo de lo visto en la víspera. Sin embargo, la prima de riesgo permanecía estable en los 66 puntos básicos.