Las bolsas europeas se apeaban con suavidad de las cotas conseguidas en la víspera, en la cual los mercados celebraron la defensa de estímulos planteada por el Banco Central Europeo (BCE). El Ibex 35 caía un 0,44% hasta los 8.618,8 puntos. Así, lograba conservar los ansiados 8.600 enteros en una semana plana con avances de solo un 0,06%.
Dentro del índice español, el retroceso más abultado se lo llevaba Viscofan. La compañía de envoltorios cárnicos se dejaba un 3,3% a pesar de haber publicado un beneficio de 30,2 millones de euros en el primer trimestre, lo que se traduce en un 10,3% más que hace un año.
Las siguientes posiciones a la baja las ocupaban Almirall (-2,2%), Aena (-2,2%), IAG (-1,7%) y Grifols (-1,6%). CaixaBank (-1,6%) y BBVA (-1,5%) sufrían la resaca de la reunión del BCE y el convencimiento de que los tipos de interés seguirán en mínimos durante largo tiempo en la Eurozona.
Los fuertes avances de primera hora de PharmaMar acababan convertidos en retrocesos del 1,2%. Y eso que, mientras sigue esperando la aprobación para un estudio de Fase 3 para su Aplidín contra la Covid-19, este viernes recibía la autorización de uso de su antitumoral estrella Yondelis para sarcoma de tejidos blandos en Australia.
Las que sí conseguían vestirse de verde al cierre de la jornada eran Fluidra, que celebró con avances del 3% una semana tras la confirmación de sus objetivos estratégicos de negocio para este año, ArcelorMittal (+2,8%) y Bankinter (+1,6%). No tenía esa suerte Telefónica, un 0,7% a la baja en la jornada en la que tenía lugar su junta de accionistas y daba algunas pistas sobre su próximo dividendo elección.
Mientras tanto, otra compañía española recibía turno para tocar por primera vez la campana de apertura de sesión en la bolsa española. La renovable Opdenergy lograba el visto bueno del supervisor para estrenarse el próximo 7 de mayo con la aspiración de conseguir una valoración de partida de 926 millones de euros.
No obstante, el protagonista de la sesión era la compañía de casinos y juegos de azar Codere, que cedía un 17,9% después de haber alcanzado un acuerdo con sus bonistas para reestructurar su abultada deuda que que en la práctica entregará el control de un 95% de su capital de la debilitada compañía.
Mientras tanto, en el mercado secundario de deuda, los movimientos estrechos eran la tónica de toda la semana para terminar muy cerca de donde se empezó. El bono español a diez años acabó muy cerca pero por debajo de la referencia del 0,4% de rentabilidad.
Al término de la sesión, en el 0,397%. No obstante, el movimiento al unísono de las referencias europeas a diez años resultaba en una prima de riesgo anclada a los 65 puntos básicos. El mensaje del BCE calaba a fondo en los papeles soberanos.