El consejero delegado de Banco Sabadell se estrena como accionista de la entidad. Algo más de dos meses después de su nombramiento, César González-Bueno ha notificado su primera adquisición de acciones del banco con una inversión cercana a los 500.000 euros. Una apuesta que se produce pocos días después de haber sido el encargado de presentar el nuevo plan estratégico de la entidad.
González-Bueno ha notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la compra de 775.435 acciones del Sabadell -equivalentes a un 0,014% del capital- a un precio unitario de 0,64 euros. Como resultado de ambas cifras, una inversión de 496.278,4 euros para estrenarse como accionista de la entidad. Y es que, según han reconocido fuentes de la entidad a Invertia, hasta el momento no era titular de ninguna acción del banco.
El formulario remitido al supervisor señala que la adquisición se produjo este mismo martes 2 de junio. Esto es 68 días después de su asunción del puesto de consejero delegado, un cargo que estrenó el pasado 26 de marzo tras obtener el visto bueno del examen fit and proper de los supervisores. Y solo cinco jornadas después de la presentación del nuevo plan estratégico de la entidad, con horizonte en el ejercicio 2023.
A 4 céntimos de máximos
La transacción se ha cerrado al precio de cierre del Sabadell en bolsa este miércoles, en el punto medio del rango de valoraciones en los que se ha movido a lo largo de la jornada bursátil. Una cota que, además se queda a solo 4 céntimos por acción de los máximos del año de una entidad que desde que empezó 2021 acumula una revalorización del 83% para sus títulos.
Este tiempo al frente del Sabadell no ha sido precisamente tranquilo para. A la llegada de González-Bueno se ha sumado un cambio en la estructura de gobernanza del banco, lo que se traduce en que Josep Oliu, su presidente, ha dejado de ser ejecutivo, en línea con las recomendaciones del BCE.
Hoja de ruta para 2023
La nueva hoja de ruta del banco pretende convencer al mercado de que su camino en solitario es viable tras haber intentado sin éxito fusionarse con BBVA. Entre sus principales metas se encuentra alcanzar un beneficio cercano a 700 millones en 2023 (por debajo del último ejercicio prepandemia) y mantener una ratio de capital CET1 fully loaded del 12%. Y todo sin deshacerse de más activos, salvo el negocio de Andorra, para lo que negocia ya en exclusiva con Morabanc, como adelantó Invertia.
El plan contempla también un plan de recorte de costes de unos 100 millones en los próximos tres años, que se basará en un nuevo plan de reestructuración que se ejecutará en el primer trimestre de 2022 y que podría afectar a unos 1.200 trabajadores, si bien desde la entidad no han querido anticipar detalles.