Las dudas se apoderaban de los inversores europeos en la víspera de una nueva reunión de la Reserva Federal de EEUU (Fed). Las alzas de primera hora se moderaban y hasta se convertían en pérdidas para el índice español. El Ibex 35 caía un 0,54% y, en lugar de optar a la conquista de los 9.300 puntos, retrocedía hasta los 9.230,7 puntos en su último cruce.
Los valores ligados a materias primas se convertían en el principal lastre para el selectivo español después de varias sesiones contribuyendo a su remontada. ArcelorMittal (-4,5%) y Acerinox (-2,7%) se colocaban como farolillos rojos del selectivo. No obstante, el peso de Inditex en la cesta de valores del índice hacía que su retroceso del 2,2% también fuera un duro lastre.
Otros valores de perfil más cíclico también cotizaban en rojo este martes. Entre los que más presionaban la gráfica del índice, Meliá Hotels (-1,8%), Amadeus (-1,5%) y las socimis Merlin Properties (-1,5%) y Colonial (-1,4%). También los valores financieros ponían de su parte en este paso atrás, con descensos del 1,7% para Bankinter y del 1% para CaixaBank.
Del otro lado, entre las que contribuían a amortiguar las caídas del índice español se colocaban fundamentalmente las energéticas. Enagás (+1,3%), Red Eléctrica (+0,9%) y Endesa (+0,7%) se colocaban como las más pujantes del sector.
Entre estas, valores como PharmaMar (+0,8%) y Mapfre (+0,9%). Más débil, pero también alcista, Naturgy, que se conformaba con avances del 0,3% en una sesión en la que Criteria Caixa volvía a incrementar su peso inversor.
Aunque plano durante el grueso de la sesión, Cellnex cerraba con descensos del 0,5%. Un comportamiento similar al que ya mostraba a primera hora, cuando Criteria Caixa anunciaba el lanzamiento de unos bonos canjeables por acciones de la compañía de infraestructuras de telecomunicaciones por 200 millones de euros.
Mientras tanto, por el mercado secundario de deuda soberana, los bonos a diez años incrementaban su rentabilidad hasta el 0,4%. Un repunte que se producía a la par que el estreno de la Comisión Europea como emisor a través de una subasta sindicada que está cosechando una abultadísima demanda. Tanta que, según fuentes vinculadas con la operación, se habría duplicado su importe de referencia hasta los 20.000 millones de euros.