Cambio de tercio en los mercados. El Ibex 35 apenas tuvo fuerza para salvar los 9.000 enteros al cierre de su peor sesión en dos meses y su semana más pronunciadamente bajista desde febrero. Caídas del 1,8% para el índice español este viernes, hasta los 9.030,6 puntos, una vez que la primera economía del mundo empieza a encarar una nueva fase en su desescalada: la de los estímulos monetarios.
Aunque el Banco Central Europeo (BCE) ha dejado claro que aún ve "prematuro" hablar de tapering en esta orilla del Atlántico, cundió cierto temor a un posible efecto en cadena que acelere la retirada de la institución una vez que se pone en marcha la maquintaria de los fondos comunitarios Next Generation. Y, más que eso, a un error de cálculo que haga descarrilar el complejo equilibrio que ha venido manteniendo en pie la recuperación económica.
En este sentido, la Reserva Federal de EEUU (Fed) desplegó un tono cauto por boca de su presidente, Jerome Powell. Después de conocerse que los miembros de la insitución ya contemplan subidas de tipos inevitables en 2023, el banquero insistió en que cualquier repliegue de velas sería "ordenado, metódico y transparente".
Este discurso por sí solo ya resultó suficiente como para tirar hacia arriba de la rentabilidad de los bonos y hacerles ganar atractivo inversor frente a unos índices bursátil que, especialmente en Wall Street, llevan un tiempo sufriendo de cierto mal de altura.
Después de esta puerta abierta, la unanimidad que los miembros de la Fed habían venido exhibiendo en las últimas semanas saltó por los aires. Este mismo viernes, el presidente de la institución en St Louis, James Bullard, aseguró que el año que viene votará a favor de subir los tipos oficiales del dólar desde el primer momento. Unas prisas que pusieron nerviosos a los inversores.
Banca y renovables
En medio de este cambio de escenario, la peor parte se la llevaron los valores financieros. Banco Sabadell (-6,4%), Bankinter (-3,4%) y CaixaBank (-3,2%) se colocaron al fondo de la tabla de revalorizaciones en el acumulado semanal. A pesar de que el jueves intentaban una escapada alcista al descontar un escenario de márgenes más amable para su negocio, la pérdidas dominaron.
El Santander terminó la semana con descensos del 2,4%. Sin embargo, más profundos fueron los retrocesos de ArcelorMittal, que con una caída del 9% se convirtió en el farolillo rojo de la semana. Acerinox, con retrocesos superiores al 5% puso también fin a los avances de semanas anteriores al calor de la remontada de las materias primas.
Del otro lado de la tabla, las renovables celebraron los pasos al frente de Acciona para sacar a bolsa su filial de energías limpias. Siemens Gamesa (+9,2%) y Solaria (+8,6%) fueron líderes de la semana, animadas también por la entrada del dinero oportunista al calor de la opa anunciada por el fondo nórdico EQT por Solarpack (+48%).
La propia Acciona se anotó un repunte del 4,5% a pesar de que finalmente todo apunta a que conseguirá levantar menos capital del esperado con el estreno de su filial renovable, como señaló con el rango de precios estimado para su estreno. Grifols (+6,8%) y Endesa (+3,9%) también remontaron con fuerza.
Cuádruple hora bruja
La última sesión de la semana se vio penalizada por el vencimiento semestral de derivados como futuros y opciones. La conocida como cuádruple hora bruja jugó en contra de un Ibex 35 que por momentos llegó a perforar incluso los 9.000 puntos sobre los que había venido cotizando en el último mes.
El impacto de esta coincidencia con las palabras de Bullard alcanzó tal magnitud que solo tres cotizadas lograron escapar del rojo dominante en la sesión. PharmaMar (+1%), Cellnex (+0,4%) y Enagás (+0,03%) hicieron valer sus perfiles como valores defensivos para salvarse de una quema que afectó al resto de 32 valores del índice.
Al frente del descenso, Acerinox, que se desplomó un 10% a consecuencia de la colocación acelerada que Nippon Steel llevó a cabo en la madrugada por la mitad de su inversión en la acerera española. El grupo japonés redujo su participación al 7,9% después de haber vendido un paquete por el mismo volumen a razón de 10,2 euros por acción. Su último precio, en los 9,734 euros.
El segundo valor por la cola fue Acciona, que terminó con caídas del 6,9% una jornada que empezó entre los valores más alcistas. Los nuevos detalles sobre el próximo estreno bursátil de Acciona Energía se convertían en obstáculo para un mejor desempeño. Los descensos de blue chips como CaixaBank (-3,9%), Repsol (-3,8%), BBVA (-3,2%), Inditex (-2,4%) y Telefónica (-1,8%) también pesaron sobre el selectivo español.
Impacto en los bonos
El efecto en el mercado secundario de deuda también fue claro. El horizonte más cercano hacia tipos más altos, aunque de momento Europa se desmarque de esta senda, se tradujo en repuntes de la rentabilidad exigida a bonos, tanto corporativos como soberanos. Eso sí, en movimientos casi al unísono.
Los bonos españoles a diez años marcaron tipos superiores al 0,46%, una cota que no se alcanzaba para estos papeles desde hace semanas. Sin embargo, no fue este el indicador más claro de lo que supuso el cambio de guion de la Fed, sino el hecho de que esa rentabilidad se quedó un 26% por encima de la que señalaron al inicio de la semana.
A consecuencia de estos movimientos acompasados en la mayoría de bonos de la Eurozona, la prima de riesgo se mantuvo estable en el entorno de los 65 puntos básicos. Y es que el 'bund' alemán de referencia en el Viejo Continente aligeró sus tasas negativas al entorno del 0,2%. Los bonos a diez años del Tesoro de EEUU, los conocidos como treasuries, acabaron la semana en el 1,46%.