Las expectativas de recuperación económica han traído la avaricia a los mercados, especialmente a los inversores particulares, que esperan acabar el año con una rentabilidad media sobre la inflación del 13%. Una cota que más que duplica el rendimiento que esperan los profesionales del mercado, que rebajan sus expectativas al entorno del 5,3% para este 2021.
La brecha entre unos y otros es de nada menos que el 174%, según revela una encuesta global de la gestora Natixis Investment Managers que ha visto la luz este miércoles. Este abismo es 53 puntos porcentuales más abultado que hace un año, cuando las expectativas generadas por el desarrollo de las vacunas frente a la Covid-19 ya dispararon las previsiones de los minoristas.
En el caso del mercado español, la diferencia entre lo que anticipan unos y otros alcanza el 122%. Mientras que los particulares esperan obtener rendimientos del 15,3% para sus carteras de inversión, los profesionales se conforman con alcanzar un 6,9% sobre la inflación. Los primeros son los más optimistas de toda Europa solo por detrás de los suecos, que esperan un algo más generoso 15,4% para sus carteras.
La tendencia se repite
Esta brecha, que es un síntoma de una avaricia disparada entre los inversores, se repite en los principales mercados mundiales. En EEUU, donde las previsiones actuales pasan por una inflación cercana al 4% al acabar el año, los particulares aguardan sacar un 17,5% extra con sus inversiones. Sin embargo, los profesionales rebajan las expectativas al 6,7%.
La encuesta realizada por la gestora francesa cuenta con datos procedentes de 8.550 inversores particulares de todo el mundo con un patrimonio de inversión superior a los 100.000 dólares. En ella queda en evidencia que, ante estas perspectivas, los inversores se han mostrado más favorables a asumir riesgos por encima de lo que venían acostumbrando. Una situación que otros estudios ya habían señalado entre los gestores de inversión.
La inflación
Más de la mitad de los inversores en Europa (53%) afirma sentirse cómodo asumiendo más riesgo con la expectativa de mayores rendimientos. Un convencimiento que casa con el mantra que se repiten un 64% de los inversores cuando afirma que la volatilidad "crea oportunidades para incrementar su patrimonio".
A pesar de ello, los bandazos de precio registrados por algunos activos han puesto nerviosos a los inversores. De hecho, la volatilidad es señalada como el primer foco de preocupación por parte de los inversores españoles, con un 41,5%. El segundo factor que más dolores de cabeza les supone es la posibilidad de una recuperación económica más lenta (34,8%). La inflación (28%) y los bajos tipos de interés (24,8%) son preocupaciones compartidas por los españoles y el grueso de la comunidad inversora internacional.
Impuestos y sostenibilidad
Un endemismo de los inversores españoles es el temor a una subida de impuestos. Casi una tercera parte de los encuestados (29%) señala a este punto como factor de riesgo para su cartera. Algo que encaja perfectamente con la profunda revisión del sistema fiscal español que ha puesto en marcha el Gobierno de Pedro Sánchez y que apunta directamente a vehículos de inversión como los planes de pensiones, las sicavs y las socimis.
No obstante, los avances hacia un impuesto de sociedades global y otras iniciativas en esta línea en materia tributaria también han hecho que este tema emerja como preocupación para algunos inversores. Sin embargo, en estos casos el foco está en qué impacto podrían tener estas medidas sobre las ganancias de las empresas y no tanto en el tratamiento que puedan recibir los rendimientos de la inversión.
La directora general de Iberia en Natixis Investment Managers, Sophie del Campo, explica que "el actual sentimiento del mercado indica que los inversores esperan que la revitalización de las economías permita que la nueva normalidad compense de forma equiparable los desafíos vividos en el año pasado". Además, señala que, a pesar de la avaricia percibida, "el perfil conservador predomina entre los inversores españoles".
Por otra parte, la sostenibilidad se confirma como un factor cada vez más determinante para los inversores españoles. En este sentido, un 24% de los encuestados españoles afirma que ya invierte conforme a factores ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG). Del grupo restante, un 50,3% explica que, aunque no invierte según esta estrategia, está "muy interesado" en incluirla en su cartera.