Las acciones del Banco Santander parecen que han recuperado la práctica totalidad de las caídas que provocó la llegada pandemia y han dicho basta. O por lo menos eso es lo que parece indicar a la vista del gráfico que luce una clara pauta de máximos y mínimos decrecientes desde el pasado 3 de junio, en el cual se marcaban nuevos máximos anuales en los 3,454 euros.
Está corrección, que dura más de un mes y que se ha llevado por delante más de un 8,5% de su valor, también ha visto como se ha perdido la media móvil de medio plazo que continua teniendo su pendiente positiva y que ahora se encuentra en la zona de los 3,32 euros.
Es por ello, que es condición indispensable que veamos una reconquista de este nivel para poder hablar de suelo en el mercado al menos en el corto plazo. A pesar de ello, la presión vendedora sigue vigente y la pérdida de los 3,20 euros generaría una oleada de ventas provocadas por la activación de los stops de protección.
Lo único que parece indicar que todavía tenemos cierta tranquilidad entre los inversores es que el actual goteo a la baja no está viniendo acompañado de fuerte volumen, ya que por lo menos en las últimas dos semanas en ninguna de las sesiones se ha superado su media mensual.
Por lo tanto y en conclusión, debemos estar muy atentos a la zona en torno a los 3,20 euros, nivel en el que además tenemos el 38,2% de corrección por Fibonacci de toda la subida producida desde mediados del pasado mes de abril.
La pérdida de este nivel nos llevaría a la devolución de la mitad de toda la subida en 3,12 euros, pero no olvidemos que el nivel por Fibonacci más importante que existe es el del 61,8% de todo el tramo alcista y éste se encuentran en los 3,03 euros. Así que, con la pauta de máximos y mínimos decrecientes que tenemos vigente, corremos un alto riesgo de acabar viendo en algún momento de este verano un precio cercano a los 3 euros como supuesto suelo.