FILE PHOTO: A street sign for Wall Street is seen outside the New York Stock Exchange (NYSE) in New York City

FILE PHOTO: A street sign for Wall Street is seen outside the New York Stock Exchange (NYSE) in New York City ANDREW KELLY Thomson Reuters

Mercados

La subida imparable del S&P 500: duplica su valor en 17 meses a la espera de la Fed

Nunca el principal índice bursátil estadounidense había doblado de precio en tan poco tiempo.

18 agosto, 2021 02:58

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El nuevo máximo histórico del S&P 500 de esta semana bate una nueva marca para el indicador: de los mínimos del 23 de marzo de 2020 (2.237,4 puntos) hasta los máximos del 16 de agosto de 2021 (4.479,71) su cotización se ha duplicado. Un alza que además se ha desarrollado en solo 354 sesiones, el menor tiempo registrado hasta la fecha. 

No es fácil que un índice bursátil doble de precio en menos de año y medio (17 meses), una proeza bursátil que queda más patente al ver cuál era el récord anterior, curiosamente no muy lejano en el tiempo: los mínimos del 9 de marzo de 2009 no se doblaron hasta el 27 de abril de 2011, 540 sesiones después.

¿Qué ha pasado? Hay datos que apoyan las subidas desde el punto de vista técnico. Por ejemplo, nunca las ventas de los componentes del S&P 500 habían crecido un 21% en un año como ha pasado en este último.

Tampoco nunca los márgenes de beneficio habían alcanzado el 13,6% como en el segundo trimestre de este año, por no hablar de los buenos datos macro de la economía de Estados Unidos. 

Sin embargo, el motivo para que las empresas que más peso tienen en el S& P500 suban tanto se debe a su condición de multinacionales y de grandes tecnológicas, lo  que les permite beneficiarse del fin de las restricciones de movilidad por la pandemia.

Impacto de las tecnológicas

El 22% de la capitalización de todo este índice de 500 componentes lo suman Apple, Microsoft, Alphabet (Google), Amazon y Facebook. Y cuanto más suben, más peso tienen en el índice, con lo que su importancia sigue creciendo. 

Sin embargo, también hay razones para desconfiar. La bolsa es un mercado de expectativas, y si bien los resultados empresariales del último trimestre fueron muy buenos, y además mejores de lo esperado, eso no significa que se vayan a volver a repetir como para justificar ciertas valoraciones.

Una señal de alarma la ofrecen los propios analistas: hace 20 años que no existía tanta diferencia al alza, entre el precio al que hoy cotiza el S&P 500 y el “precio objetivo” que aquellos le asignan al índice. Quizás hay excesiva fe en que la subida seguirá ampliándose durante más tiempo. 

Por la ley del sentimiento contrario ya esto nos avisa de lo peligroso que es el que haya tanto optimismo. Además, pocos se engañan, a pesar de la buena racha económica y empresarial tras la debacle de 2020, es la política de la Fed la que más está ayudando a la bolsa.

La enorme liquidez que hay en los mercados lleva funcionando para Wall Street desde marzo de 2009 hasta el punto que muchos operadores llevan más de una década sin ver una tendencia bajista duradera, que sea algo más que un susto de semanas como el de 2020. 

Plan de infraestructuras

Y cada vez hay más declaraciones de miembros de la Fed y de expertos en política monetaria, que avisan de que el tápering debe comenzar más pronto que tarde. Es cierto que son testimonios muy prudentes porque hay miedo a cómo puedan afectar a los mercados.

Y es que, si bien aún es prematuro hablar de subidas de tipos en EEUU, existen pocas justificaciones para que la Reserva Federal siga inundando de liquidez una economía con una tasa de empleo tan alta y una inflación por encima de lo deseable. 

No es sólo la política monetaria ultralaxa lo que ha ayudado a esta tendencia alcista tan veloz del S&P 500, también la política de gasto e inversiones del gobierno Biden, ya iniciada por Trump.

Las ayudas directas a las familias impulsaron el consumo y las empresas se están viendo beneficiadas por ello. Hay escasa preocupación por reducir los niveles de déficit y deuda de la Administración, y ambos partidos acaban de acordar un plan de infraestructuras multimillonario que, además, se desarrollará durante años. 

En resumen, hay cierto vértigo tras un alza tan grande y tan veloz, pero es un movimiento sostenido por resultados empresariales, apoyo gubernamental y política monetaria. Y además, cualquier analista técnico añadiría que la tendencia alcista se ve muy clara en los gráficos.