El fondo soberano más grande del mundo sigue deslumbrando con la buena gestión de sus recursos. El vehículo de inversión noruego ha publicado de nuevo unos números del primer semestre muy positivos. En concreto, ha alcanzado un 9,4% de rentabilidad lo que se traduce en un beneficio de 95.000 millones de euros.
En los últimos años acumula un 10,53% y destaca el 25,57% de los últimos 12 meses. Además, en este siglo solo perdieron dinero en cinco años: 2001 y 2002 (crisis de las puntocom), 2008 (pinchazo de la burbuja inmobiliaria), 2011 (crisis del Euro) y 2018.
En 2020 sorteó la pandemia con una rentabilidad que superó el 10%. Y este año en seis meses ya casi lo ha igualado. El actual responsable (no lleva ni un año de director ejecutivo del fondo) es Nicolai Tangen, antiguo gestor de hedge funds.
Con estos números, lo que pueda decir Tangen tiene mucha importancia. "Ahora estamos en una situación en la que los rendimientos de los bonos son extremadamente bajos y el mercado de valores es extremadamente alto y, por lo tanto, cualquier cambio importante en la inflación afectará a ambas partes de la cartera".
"En el pasado, ha sido uno y no el otro. Pero esta vez, ambos pueden moverse en la misma dirección". Por eso, cree que la inflación es el mayor riesgo y reconoce que es muy difícil para un gestor cubrirse de posibles caídas de renta variable motivadas por tipos de interés más altos ya que también la renta fija se comportará mal.
Los orígenes
El descubrimiento de gas en aguas territoriales holandesas llevó a que algunas compañías, entre las que destaca Philips, solicitara al Gobierno noruego explorar la parte noruega del Mar del Norte.
La primera ronda de licencias para la exploración del sur del Mar del Norte tuvo lugar en 1965 y participaron exclusivamente empresas foráneas, ya que el Gobierno noruego desanimó al empresario industrial y a las navieras a invertir en el sector debido al alto riesgo.
Noruega no entró en el negocio de los hidrocarburos hasta bien entrada la década de los 60, es más, el primer campo comercialmente viable no comenzó a producir hasta 1971. El año anterior habían ganado las elecciones los laboristas que defendían que una gran empresa pública centralizara todo el negocio.
Con los años y el descubrimiento de nuevos pozos, una economía hasta entonces basada en la pesca, pasó a tener un gran excedente de beneficios provocado por los hidrocarburos.
Superávit presupuestario
Gracias a estos ingresos el país acumula varias décadas con superávit presupuestario casi de forma ininterrumpida y el PIB per cápita ha pasado de los 5.700 euros en 1974 a los más de 60.000 euros actuales.
La idea de crear un fondo para gestionar estos ingresos viene de 1983 y en principio la intención era evitar el impacto en las cuentas del gobierno de las continuas variaciones de precios en los mercados del crudo y el gas. Pero no fue hasta 1990 que se firmó el Petroleum Fund Act que es la base del fondo del mismo nombre.
Aunque las directrices del Fondo son establecidas por el Ministerio de finanzas noruego, la gestión operativa le corresponde al banco central, conocido como Norges Bank.
En 2005 se renombraría como Goverment Pension Fund Global, ya centrado en apoyar a los noruegos en el cobro de sus pensiones.
Desde 2019 se suma, además, la solidaridad intergeneracional "garantizando así que la riqueza del petróleo beneficie tanto a las generaciones actuales como a las futuras" y ese mismo año, el 17% del gasto público del país lo cubrió dicho fondo.
Limitaciones de Inversión
En renta variable hay dos muy claras: Por un lado, el fondo no puede comprar compañías cotizadas noruegas, ni compañías productoras de petróleo ni aquellas que no cumplan ciertos criterios éticos.
Y por otro, el tamaño de la posición en una cotizada no puede superar el 10% de las acciones de la compañía (intentando evitar convertirse en socio de referencia de ninguna empresa).
En renta fija tampoco puede comprar deuda de compañías noruegas (ni siquiera emitida en coronas noruegas), ni de gobiernos sancionados por la ONU.
Aunque ha variado a lo largo de los años (por ejemplo, hasta 2010 no podía invertir de forma directa en energías renovables y real estate), la base de su cartera suele ser: 70% en acciones, 20-30% en renta fija y el resto en inversiones no cotizadas.
Sus inversiones están muy diversificadas tanto geográfica (72 países diferentes en la última actualización) como sectorialmente. Su otra característica es la total trasparencia: Tanto las inversiones concretas como la metodología como los resultados pueden ser consultados en su página web.
Inversiones en España
Tan sólo el 1% del total del fondo está invertido en renta variable española, pero ese abarca a 77 compañías diferentes siendo las de mayor valor Iberdrola, BBVA (posee algo más del 4% del banco), Santander, Inditex, Cellnex, Amadeus y Caixabank.
Y aunque los bonos emitidos en euros solo suponen un 11% de su patrimonio invertido en deuda, también posee unos 5.000 millones de euros en deuda española. Y eso que en el primer semestre de este año redujo la cantidad en un 16%.
El fondo ha aumentado posiciones en deuda norteamericana, canadiense francesa e italiana y reducido en española, japonesa y alemana (en estos dos países en mayor proporción que en el nuestro) por lo que no debería suponerse una lectura negativa.