Un BCE optimista alegra al mercado de deuda con su "recalibramiento" del programa de compra de bonos
Mejora previsiones y aleja un trimestre más la posibilidad de un tapering real.
10 septiembre, 2021 10:01Noticias relacionadas
El BCE presentó una visión sobre la economía de la eurozona bastante más optimista que en su última reunión y ello se reflejó tanto en las nuevas previsiones macroeconómicas como en la balanza de riesgos.
Así, estima que el PIB de la eurozona alcanzará el nivel previo a la pandemia ya en el cuarto trimestre, de la mano del éxito en la campaña de vacunación y el consecuente aumento del consumo privado.
Asimismo, la actividad manufacturera avanza de forma robusta, pese a la presencia de los cuellos de botella en la oferta, y el mercado laboral mejora “rápidamente”.
Otro punto positivo es que las decisiones, según Lagarde, se han tomado unánimemente dentro del Consejo, cuando en julio las actas demostraron que sí hubo discrepancias.
La única novedad real ayer del BCE fue que después de dos trimestres de compras de activos “significativamente mayores”, el Consejo de Gobierno decidió reducir las compras de PEPP (programa de compra de deuda establecido durante la pandemia) en el cuarto trimestre.
La nueva cifra puede rondar, según Bloomberg, los 70.000 millones de euros al mes, unos 10.000 millones menos que en la actualidad. Sin embargo, desde CaixaBank Research creen que la cantidad podría reducirse hasta los 60.000 millones.
El BCE justifica esta decisión al entender que es posible mantener un entorno financiero acomodaticio con un menor ritmo de compras y a la vista de las nuevas previsiones macroeconómicas que maneja.
De hecho, el nuevo cuadro de previsiones del BCE incorpora una revisión al alza de 0,4 puntos en el crecimiento del PIB de 2021, y de 0,3 y 0,2 puntos porcentuales en la inflación de 2021 y 2022, respectivamente.
Inflación
Lagarde destacó que la inflación se mantendrá en niveles elevados de forma temporal por tres motivos directamente ligados a la apertura de la actividad económica.
El primero, los efectos base en los precios de la energía y derivados de la rebaja del IVA en Alemania durante la segunda mitad de 2020. Este elemento se desvanecerá ya a inicios de 2022.
Aquellos servicios afectados por el distanciamiento social pueden estar aumentando más los precios.
Los cuellos de botella en la oferta, que están retrasando y encareciendo las entregas de materiales y equipamiento. El BCE estima que este elemento es de naturaleza transitoria.
Cree que, a medida que las empresas vayan encontrando la manera de evitar o sobrellevar estas dificultades, dejará de presionar al alza la inflación durante la primera mitad de 2021.
A medio plazo, no obstante, estima que las tensiones se moderarán y que la inflación volverá a situarse por debajo del objetivo, por lo que será necesario mantener las condiciones financieras acomodaticias durante años para poder cumplir dicho objetivo.
De hecho, el BCE mantendrá los tipos de interés en los niveles actuales (o inferiores) hasta que en los dos últimos años de sus proyecciones se observe una inflación al 2% y las presiones inflacionistas en aquel momento sean consistentes con el objetivo de inflación del 2% en el medio plazo
Riesgos limitados
El BCE considera que los riesgos sobre estas previsiones están balanceados. La evolución de la pandemia continúa siendo el principal riesgo, pues un aumento de los casos de la variante Delta podría dificultar el proceso de reapertura de la economía.
Asimismo, si los cuellos de botella fuesen más persistentes de lo inicialmente previsto podrían dañar la producción y ralentizar la recuperación económica.
Por otro lado, considera que de producirse una mejora en los indicadores de la pandemia o un aumento del consumo privado, derivado de una menor tasa de ahorro, la expansión económica sería más fuerte.
Los analistas reaccionan positivamente
De momento BCE estima que para cumplir el nuevo objetivo de inflación establecido en julio (2% en el medio plazo) será necesario mantener un entorno acomodaticio durante bastante tiempo y, por ello, no ha modificado el resto de sus herramientas.
Estas son: tipo de interés sobre la facilidad de depósito al -0,50% (oficial en el 0,00% y el tipo de interés de la facilidad marginal de crédito en el 0,25%), 20.000 millones de euros mensuales de compras dentro del APP y TLTROs (programas de inyección de liquidez al sector financiero).
BBVA Research cree que lo más positivo del mensaje de Lagarde es que deja todo igual hasta mínimo diciembre, que es cuando BCE revisaría qué hará ante la inminencia del fin del programa de bonos pandémicos el trimestre siguiente, y es cuando decidirá si tendrá algún sustituto o no.
CaixaBank Research espera que el BCE anuncie el cese de compras netas a través del PEPP a finales del primer trimestre junto con un aumento en las compras netas del APP. Este anuncio, además, podría ir acompañado de ajustes en los límites de deuda que el BCE puede adquirir a través del APP.
Otros analistas creen que lo más positivo del mensaje es que, a pesar de la subida en las previsiones de inflación, Lagarde reiteró que el repunte de ésta es de naturaleza transitoria y que los elementos que la están empujando al alza, y que lo harán todavía más en el tramo final del año, deberían remitir durante 2022.
Reacción en los mercados
Las bolsas reaccionaron al alza, pero si tenemos en cuenta lo que habían bajado antes de la reunión del BCE, el efecto es muy neutro, y lo mismo podemos decir del euro. Así pues apenas impactó en casi todos los activos.
Donde sí hubo cambios fue en la renta fija, la rentabilidad de la deuda cayó con fuerza. Y si bien antes había tocado máximos de dos meses, el que un bono a 10 años alemán pase en unas horas de cotizar a -0,32 a hacerlo a -0,37%, supone un cambio de más del ¡15%! Y los bonos griegos, italianos y españoles aún mejoraron más.
Y es que el verdadero tapering no empezaría hasta que no se consumiera en su totalidad el PEPP (en total, 1,85 billones de euros de compra de deuda con la excusa de la pandemia), algo que ocurrirá en torno a marzo de 2022.
Y las previsiones dicen que una vez acabe, lo más probable es que BCE inicie algún otro programa que refuerce la ya habitual compra de 20.000 millones mensuales.
En cualquier caso, de momento para el mercado de bonos, y hasta que se empiece a especular sobre la próxima reunión de la FED, el ambiente es propicio.