Muchos inversores se preguntan si queda algo “barato” para intentar aprovechar un posible rally de fin de año, y miran hacia otros mercados que no hayan tenido tanta revalorización como los de las economías desarrolladas.

La renta variable de los mercados emergentes “se ha abaratado” bastante últimamente, sobre todo por la caída de las acciones chinas. En relación con los mercados desarrollados, las acciones del gigante asiático tienen una infravaloración evidente.

China representa más del 30% del mercado emergente. A veces vemos análisis que explican los problemas de la lira turca o el mal desempeño de la bolsa brasileña pero, en realidad, los índices de emergentes están muy dominados por lo que haga Shanghai.

Y la combinación de China, Corea y Taiwán suponen más del 60% del índice. Por lo que estos tres países dominan por completo los resultados y las valoraciones de “los mercados emergentes” y a menudo restan visibilidad a la gran diversidad que esta región ofrece. 

Los mercados emergentes de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) han obtenido una rentabilidad muy grande este año, mientras que Asia y América Latina han bajado. Peor no es uniforme: a India le ha ido muy bien, como a Argentina, pero mal a Brasil.

Cómo invertir en emergentes 

Se puede hacer en acciones comprando de forma directa en esos mercados. Pero generalmente es difícil encontrar brókers que los ofrezcan y las comisiones suelen ser más elevadas que los mercados europeos y norteamericanos. Normalmente se opta por comprar aquellas acciones que también cotizan en Estados Unidos.  

También está la opción de los Fondos indexados o ETFs, vehículos que replican los índices de referencia elaborados por MSCI, S&P u otros proveedores de índices. Es como comprar acciones pero son fondos.  

O los fondos de gestión activa ya que suele ser habitual encontrar en las grandes gestoras internacionales algún vehículo especializado en este mercado ya sea en Renta Variable o Renta Fija. Suelen tener unas comisiones un poco más elevadas que sus similares de EEUU o Europa. En cualquier caso, es importante que vigilemos la exposición que tienen a cada mercado.  

La bolsa china

En este gráfico de Abante se puede ver cómo, en comparación a un índice global y, a pesar de su buen comportamiento en 2020, la bolsa de China está claramente infravalorada.

bolsachina2021

Los motivos son diversos. Por un lado, hay un claro enfriamiento económico que se ha traducido en rebajas en la previsión de crecimiento tanto para este año como para el siguiente. Por otro, está la actitud de Xi Jinping, sus políticas castigan a empresas de internet e inmobiliarias, así como a firmas de juegos y educación.

Este giro de la política gubernamental contra sus grandes empresas cotizadas, adalides de un capitalismo que no parecía molestar al régimen comunista, empezó a vislumbrarse en noviembre del año pasado.

Entonces, el Gobierno chino frenó la salida a Bolsa de la filial bancaria de Alibaba, Ant Group —una operación de 37.000 millones de dólares— después de que el magnate Jack Ma criticase a los reguladores de su país. 

Un mes antes Alibaba había marcado máximos históricos capitalizando más de 800.000 millones de dólares, liderando las cotizadas chinas. A distancia le seguía Tencent (el desarrollador de WeChat, conocida como el “WhatsApp chino”).

A partir de ese momento es cuando la bolsa china empieza a sufrir. Alibaba ha perdido más del 40% de su valor y Tencent un 35% desde sus máximos de enero de este año.

Este julio, la Administración del Ciberespacio de China anunció que Didi, la empresa de transporte de pasajeros más grande de China, tenía “problemas por violar seriamente las leyes sobre la recopilación y el uso de información personal” y ordenó que la app se eliminara de las tiendas de aplicaciones móviles. Provocó otro desplome bursátil de su cotización.

Lo mismo en las empresas del sector cuando el pasado agosto prohibió las empresas de educación con ánimo de lucro.

Y en septiembre limitó a tres horas semanales el tiempo que los adolescentes y niños pueden estar “enganchados” a sus videojuegos, perjudicando también a las cotizadas de ese sector. 

Evergrande 

Aunque esta promotora inmobiliaria ya archiconocida en todo el mundo cotiza en la bolsa de Hong Kong y no en la de Shanghai, es una prueba de los problemas del sector inmobiliario (un 25% del PIB del país según algunas fuentes si se suma su participación indirecta). 

Las acciones de este sector ponderan poco en los índices bursátiles chinos pero sus problemas pueden provocar un contagio que sí puede dañar a otros sectores. Sin embargo, tras tanto negativismo con el caso Evergrande hay muchos analistas que creen que las sorpresas ahora pueden venir por el lado positivo.

Hayden Briscoe, director de renta fija de Asia-Pacífico en UBS Asset Management, cree que los activos de Evergrande valen más de lo que reflejan sus maltrechos precios de los bonos, entre 20 y 27 céntimos de dólar: «El factor sorpresa aquí está realmente sesgado en la dirección opuesta, la sorpresa al alza».

Esta misma semana HSBC ha elevado la calificación de las acciones de China de «neutral» a «sobreponderar». Aunque quizás el mayor espaldarazo lo ha recibido de UBS.

UBS planea aumentar su inversión en el gigante asiático, a pesar de que en el último trimestre en la región asiática no ha cosechado buenos resultados. El consejero delegado de la entidad suiza, Ralph Hamers, ha rechazado las preocupaciones sobre el frenazo de la economía china y los problemas que plantea el sector inmobiliario con la quiebra de Evergrande. "Planeamos invertir más en el país", ha señalado el banquero, en una entrevista en Bloomberg TV, y ha añadido que es "absolutamente alcista (full bull) con China".

En cualquier caso, el mayor riesgo de invertir en China es la actitud del gobierno de Xi Jinping. Goldman recomienda estar atento a la sexta sesión plenaria del XIX Congreso del Partido en noviembre por si hay nuevas directrices o se suavizan algo las críticas hacia los empresarios de cotizadas chinas.

Y a la reunión del politburó de diciembre en la que se prepara la Conferencia de Trabajo Económico Central, donde se establecerían los objetivos para 2022. Es probable que haya discusiones de mercado sobre objetivos económicos, como PIB, inflación y déficit.

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