Todo apunta a que es una operación programada vía ejecución de stock options planteada al regulador del mercado de valores estadounidense (SEC) y ejecutada según plazos establecidos, pero el que haya coincidido en que 24 horas después su hermano Elon Musk anunciaba que lanzaba una encuesta que iba a acatar al respecto de sí debía vender o no un 10% de sus acciones, mete de nuevo en un gran compromiso a la SEC que no puede permitir este tipo de actuaciones.
Supongo que recordará hace casi un año que se armó un buen revuelo cuando el mismo día que el CEO de Pfizer anunciaba grandes avances de su vacuna en la fase III, vendía el 62% de sus acciones.
Entonces, también era una operación similar aprobada por la SEC y por lo tanto no hay nada que pensar, pero en este caso es diferente porque existe la posibilidad de que Elon Musk haya lanzado esa encuesta justo después de que su hermano hubiese vendido el día anterior.
No es la primera vez que lo hace, de hecho, la SEC ya le obligó a dejar la presidencia de Tesla en el año 2018 y posteriormente ha habido varias acusaciones de violación de los acuerdos de conciliación de entonces.
Desde decir que Tesla está en bancarrota un 1 de abril, día de los inocentes en Estados Unidos hasta confirmar para luego negar la aceptación de bitcoins, sus tweets son muy influyentes tanto para las acciones de Tesla como para las criptomonedas de las que habla.
Un poder que sabe que tiene y que no tiene ningún reparo en utilizar poniendo a la SEC cada vez en un mayor aprieto.
A dos horas para su apertura, las acciones de Tesla están bajando un 5% aunque vienen recuperando precio y no deberíamos ver un gap tan grande en la apertura.