Las bolsas europeas repitieron movimientos estrechos y constantes cambios del verde al rojo. La distensión en el mercado de bonos, donde el 'bund' vuelve a tipos negativos, evitó caídas más profundas. El Ibex 35 sumó un 0,45% hasta los 8.814,6 puntos, de manera que consumó la reconquista de los 8.800 enteros en una sesión marcada por los bandazos de Bankinter.

El banco fue el encargado, una vez más, de dar el pistoletazo de salida a la temporada de presentación de resultados en la bolsa española. Las acciones de Bankinter pasaron de tímidos avances a suaves descensos a cada rato después de haber publicado un beneficio de 1.333 millones de euros al cierre de 2021. En su último cruce, un retroceso del 1,1%.

Al frente de los avances, Siemens Gamesa con subidas del 3% a pesar de que el fondo de pensiones de Canadá ha llevado su apuesta bajista contra la renovable a máximos. Actualmente, sus cortos alcanzan un 0,63% de su capital social.

Después, el podio lo completaron dos valores del sector turístico. La hotelera Meliá se apuntó subidas del 2,4%, mientras que el grupo de aerolíneas IAG se anotó un avance del 2,3% al término de la sesión.

Justo después, a pesar de haber sido líder durante buena parte de la jornada, Cellnex se hizo con subidas del 2,3%. Y eso a pesar de que los analistas de Barclays redujeron su precio objetivo para la compañía. Lo han hecho desde los 67 hasta los 65 euros, una cota que sin embargo se queda holgadamente por encima de su actual cotización.

Del otro lado, Repsol se llevó la peor parte con descensos del 2,9%. La petrolera reflejó así el abaratamiento del petróleo a pesar de la tensión bélica en aumento entre Ucrania y Rusia.

Cie Automotive (-1,8%), ArcelorMittal (-1,6%) y Mapfre (-1,2%) se colocaron también en el vagón de cola. Un lugar donde se colocó el grueso de un sector financiero que se preparaba para dar la bienvenida a Ibercaja. La entidad ha anunciado este jueves sus planes de salida a bolsa, aunque sin aportar muchos detalles.

Por el mercado secundario de renta fija, el bono español a diez años se relajó desde las cotas de rentabilidad alcanzadas en la víspera hasta el entorno del 0,66%. Esto se tradujo en una prima de riesgo de 69 puntos frente a los 'bunds' germanos, que regresaron al -0,03%.