Llovió sobre mojado en la bolsa española, aunque sin jarrear. El Ibex 35 perdió un 0,24% en su tercera semana consecutiva a la baja, lo que fue suficiente para que su gráfica se apease de los 8.600 puntos y diese un paso más en pérdidas acumuladas desde que empezó el año. Cerca de un 1,5% abajo hasta los 8.589,3 puntos en los que marcó su último precio este viernes.
Sin duda, el protagonismo de esta semana recayó sobre el Banco Central Europeo (BCE), culpable en buena medida del retroceso acumulado en la recta final de la semana. Y, para ser más concretos, analistas e inversores imputaron esta responsabilidad más directamente a la presidenta de la institución, Christine Lagarde, que el jueves provocó sobresaltos en muchas mesas de inversión.
Mientras que el tradicional comunicado de política monetaria del banco central apenas si varió en alguna palabra frente a su redacción de diciembre, la exministra francesa puso en duda la solvencia de sus afirmaciones. Y es que incluso abrió la puerta a adelantar a este mismo año las primeras subidas de tipos en la tasa oficial de referencia de la Eurozona. 'Madame Lagarde' se negó a reproducir por su boca que no habría alzas hasta 2023.
Más allá del protagonismo clave del BCE, que se pronunció sobre política monetaria el mismo día que el Banco de Inglaterra elevó los tipos al 0,5% en Reino Unido, también vio la luz una de las dos referencias que más influyeron en el devenir de la semana. En este caso, se trató de la inflación de la Eurozona, que con un salto del 5,1% en enero marcó su cota histórica más elevada.
Las otras tuvieron que ver con el mercado laboral, también seguido muy de cerca por los bancos centrales. Mientras que en EEUU se constató un regreso de trabajadores a la búsqueda de empleo con el fin de algunos subsidios, lo que elevó la tasa de paro al 4% de la población, en España se destruyeron 17.173 puestos. Un número que, sin embargo, supuso el mejor arranque de año para el paro nacional desde 1998.
Impulso a la banca
De regreso al Ibex 35, el horizonte de tipos de interés más elevados más pronto de lo que hasta ahora se venía descontando se tradujo en una generosa remontada para la banca. El Sabadell (+16,8%), CaixaBank (+6,7%) y Banco Santander (+3,1%) se colocaron al frente de la tabla de revalorizaciones de la semana. Algo similar a lo que ocurrió en la anterior animadas por la contundencia del mensaje de la Reserva Federal de EEUU (Fed).
Al otro extremo, el peor comportamiento se lo llevó Inditex, con caídas del 5,5%. Un porcentaje que, debido al peso del gigante textil en la cesta de valores del índice español, se convirtió en uno de los grandes obstáculos para la remontada. Endesa fue segunda a la cola, con caídas del 4,3%.
Mención especial para Siemens Gamesa, que acabó con descensos del 3,2% después de haber vivido una semana especialmente ajetreada. Y es que, además de publicar pérdidas en sus cuentas trimestrales, la fabricante de aerogeneradores despidió a su último consejero delegado en un nuevo esfuerzo de la matriz por colocar al frente alguien que le devuelva su antigua rentabilidad de negocio.
Cuentas y resistencias
Por lo que se refiere a la última sesión de la semana, el Ibex 35 cedió un 1,15%. Un triste desenlace si se considera que el indicador comenzó la jornada en lucha por recuperar los 8.700 puntos sobre los que había conseguido cerrar las dos sesiones precedentes.
En plena resaca del BCE, la banca siguió festejando el horizonte de subidas de tipos más cercano. Además, la posibilidad de que antes se alivie el coste de la tasa de depósito también se tradujo en buenas noticias para su balance.
Las ganancias del 7,1% de Banco Sabadell fueron indiscutibles líderes en el lado de los avances, mientras que CaixaBank (+4,9%) y Bankinter (+2,9%) completaron el podio de ganadores. Seguidos a una más que prudente distancia por Repsol (+1,4%), animado por el constante encarecimiento del petróleo, y Rovi (+1,4%).
La mayor excepción al tono alcista de la mayoría de bancos europeos fue Santander. Al cierre sufrió la pérdida de un 1,4% de su valor en bolsa a consecuencia del choque de su gráfica con una de sus resistencias de corto plazo más contundentes.
Las subidas de primerísima hora se convirtieron en retrocesos del 1,2% para Naturgy. Los inversores finalmente dieron la espalda a la energética tras conocerse que cerró el ejercicio pasado con un beneficio de 1.214 millones de euros. Ni siquiera la salvó el hecho de que haya propuesto un reparto complementario de dividendo de 0,5 euros por acción a cuenta de estas ganancias.
Los recortes más generosos se los llevaron Cellnex (-4,1%) y las dos socimis del índice rey de la bolsa española: Merlin Properties (-4%) y Colonial (-3,7%).
Tirón en los bonos
Por el mercado secundario de renta fija, la rentabilidad de los bonos se mantuvo al alza. El bono español a diez años marcó por primera vez en los últimos 33 meses tipos por encima del 1%, lo que llevó a la prima de riesgo a ensancharse hasta los 80 puntos básicos. En el caso del 'bund' alemán, se alcanzaron rendimientos del 0,2% en los cruces más desconfiados de la sesión. Cinco veces su rentabilidad de solo dos días antes.
A empeorar el tono del mercado contribuyó también el débil dato de ventas minoristas de la Eurozona, que solo crecieron un 2% en diciembre, en plena temporada de compras navideñas. Muy lejos del 5,2% que esperaba el consenso de los economistas. Un síntoma de debilidad que sumó más incertidumbre al devenir de la economía y las decisiones más inmediatas del BCE.