La reacción del euro y de los bonos europeos a la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos 50 puntos básicos este jueves no se ha hecho esperar. La divisa comunitaria se ha fortalecido frente al dólar, mientras que el interés de la deuda europea se ha incrementado.

La noticia saltaba casi a la vez que se conocía que la inflación en la eurozona escaló en junio hasta el 8,6% en tasa interanual. Con la escalada de los precios en máximos históricos, la agencia Reuters ha publicado que los miembros de la institución están considerado llevar a cabo una subida de tipos de medio punto. 

Según anticipó la institución en su cita de junio, el instituto emisor tiene previsto subir los tipos de interés en 25 puntos básicos, en lo que sería la primera subida desde 2011.

Euro

Mientras que los miembros del BCE discuten ahora sobre una subida de 50 puntos básicos, otros bancos centrales han endurecido su política monetaria un ritmo más elevado. Es el caso de la Reserva Federal de EEUU (Fed).

La institución presidida por Jerome Powell subió sus tipos de interés 75 puntos básicos en junio. Hace unos días era el Banco de Canadá el que decidió subir sus tasas 100 puntos. Estas últimas decisiones han metido más presión sobre el BCE.

“Con la posibilidad de que Rusia interrumpa los flujos de gas a la eurozona esta misma semana, el BCE se verá en apuros para acelerar el ritmo de su ciclo de subidas de cara al invierno”, apunta Simon Harvey, jefe de análisis de divisas en Monex Europe.

“Esto significa que tienen un estrecho margen para subir el tipo de depósito y esperamos que esta urgencia les obligue a abandonar su anterior orientación y a subir 50 puntos básicos”, explica el mismo experto.

Según sus previsiones, si la institución presidida por Christine Lagarde sube los tipos en medio punto porcentual "y no socava la decisión de los halcones -los miembros más duros- señalando una subida menor en septiembre”, el euro volverá a superar los 1,0350 dólares.

De lo contrario, “volveremos a observar la dinámica energética europea y a cuestionar una ruptura estructural por debajo de la paridad”.

Bonos

La posibilidad de que el BCE endurezca a un mayor ritmo su política monetaria ha servido como revulsivo al euro. La divisa comunitaria, que hace solo unos días llegaba a perder la paridad con el dólar, ha escalado hasta superar los 1,02 ‘billetes verdes’.

Lo mismo ha sucedido con la rentabilidad de los bonos a 10 años de los países del bloque. El interés del bono alemán a 10 años -el de referencia en el Viejo Continente, por ser considerado el más seguro, ha rozado el 1,3%.

El interés exigido al papel francés al mismo plazo se ha incrementado al 1,87%; mientras que el de España ha tocado el 2,5%.

En el caso de la referencia española, se ha visto perjudicada por el cambio de referencia del bono español con vencimiento a diez años que se implementó el lunes. El objetivo de este cambio es utilizar como nueva referencia el último bono emitido con este plazo, según advirtió el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

Antifragmentación

En su reunión del jueves, el BCE también ofrecerá detalles sobre el nuevo instrumento antifragmentación para facilitar una adecuada transmisión de su política monetaria a todos los países del euro.

Según las mismas fuentes citadas por Reuters, el acuerdo requerirá que los países beneficiados se adhieran a las reglas de la Comisión Europea sobre reformas y disciplina presupuestaria.

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El programa de compras de bono ha ganado aún más importancia en los últimos días, en un contexto de incertidumbre política en Italia. Se espera que el próximo miércoles, el primer ministro, Mario Draghi, comparezca ante el Parlamento para explicar los motivos por los que decidió presentar su dimisión y se someta a una moción de confianza.

Solo la dimisión de Draghi provocó un movimiento al alza de las primas de los países periféricos, que podría ampliarse si el expresidente del BCE no logra recabar los apoyos necesarios ante la escalada de la extrema derecha.