Las bolsas caen y la rentabilidad de la deuda sube ante la dureza de los bancos centrales. El interés del bono español a 10 años alcanza el 2,75%, máximos de mediados de junio, cuando el Banco Central Europeo (BCE) tuvo que reunirse de urgencia para tratar la escalada de las primas de riesgo.
La tormenta para los mercados se desató el pasado viernes, con el discurso que el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, dio en la cumbre de banqueros centrales de Jackson Hole.
En su comparecencia, Powell reiteró que la prioridad de la institución que preside es controlar la inflación, motivo por el que la política monetaria deberá mantenerse restrictiva durante un tiempo, no siendo aconsejable según la historia recortar tipos de interés de forma prematura.
Más tiempo
Estas declaraciones apuntan a que los tipos continuarán subiendo, previsiblemente hasta un rango de entre el 3,75% y el 4%, y que se mantendrán en esos niveles más tiempo del previsto.
“La Fed parece dispuesta a sacrificar algo más de crecimiento y empleo a cambio de poder controlar los precios, considerando la mejora de la inflación en julio insuficiente para adoptar un sesgo más dovish (menos duro) en su política monetaria”, apuntan los analistas de Renta 4.
La postura de la Fed es compartida por muchos miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), que consideran la inflación en la eurozona inaceptable y que abogan por una actuación determinante de la institución para lograr moderarla.
De hecho, el viernes hubo rumores, propiciados por algunas filtraciones a distintos medios, de que parte del Consejo del BCE iba a defender una subida de 75 puntos básicos de los tipos de referencia en la reunión de septiembre.
Recesión
Isabel Schnabel, miembro del Consejo, dejó clara esa postura el pasado fin de semana, también en Jackson Hole. Señaló que los bancos centrales deben actuar con fuerza para combatir la inflación, incluso si eso arrastra a las economías a la recesión.
La posibilidad de que la Fed mantenga el ritmo de subida de tipos -que en septiembre vuelva a subirlos 75 puntos básicos- y de que el BCE lo incremente hasta ese nivel, ha provocado que las bolsas caigan con fuerza.
Ha afectado de la misma forma al precio de los bonos, disparando la rentabilidad de la deuda por la relación inversa que existe entre ambos conceptos.
La rentabilidad del bono alemán a 10 años, el de referencia en Europa, ha escalado hasta el 1,53%; el de Francia, hasta el 2,19%, y el de Italia, hasta el 3,84%. Como en el caso de la deuda española, no se alcanzaban estos niveles desde mediados de junio.
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En ese momento, el BCE tuvo que reunirse de urgencia y anunciar una herramienta para atajar la subida de las primas de riesgo, especialmente la de los países de la periferia del bloque, que son a la vez los más endeudados, como España o Italia.
En su reunión de junio, presentó el Instrumento para la Protección de la Transmisión (TIP, por sus siglas en inglés). Le permitirá comprar sin límites deuda pública de los países afectados por "dinámicas de mercado no justificadas o desordenadas que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en el conjunto de la eurozona". Desde entonces, las rentabilidades de los bonos se habían relajado.
La escalada de la rentabilidad de la deuda no se ha limitado a Europa. El interés exigido al bono estadounidense a 10 años ha superado el 3%, también en máximos de mediados del pasado junio.