Las cosas se complican para los inversores de cara a los próximos cinco años. La subida de los activos financieros será inferior a sus medias históricas, siendo el más rentable de todos ellos la renta variable de países emergentes, que ofrecerá una TAE del 5,25% hasta 2027.
Eso es, al menos, lo que esperan en Robeco. La gestora ha publicado la decimosegunda edición de su informe anual Expected Returns (2023-2027), que ofrece una perspectiva de lo que los inversores pueden esperar para el próximo lustro en relación con las principales categorías de activos, así como una serie de previsiones macroeconómicas.
Con el telón de fondo de la crisis energética y alimentaria, las tasas de inflación de dos dígitos que registran los países desarrollados y la trayectoria de China como principal motor de crecimiento mundial, Robeco ha optado por denominar al periodo analizado 'La Era de la Confusión'.
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Antes de proyectar rentabilidades potenciales, el análisis de la gestora con base en Róterdam parte de qué harán los precios de la vida en el próximo lustro. Según sus previsiones, la inflación se reducirá al 2,25% desde los niveles actuales.
En el último año -resaltan los analistas de la gestora- la continuidad de las medidas presupuestarias de estímulo derivadas de la pandemia, los problemas de la cadena de suministro y la guerra entre Rusia y Ucrania han contribuido a que la inflación "haya sido inesperadamente elevada".
En este contexto, la renta variable de países emergentes es el activo que registrará un mejor comportamiento con una TAE del 5,25% -en euros- los próximos cinco años. De la decena de activos que analiza la gestora, otros cuatro lograrán batir la escalada de los precios.
La rentabilidad esperada de la renta variable de países desarrollados y de las materias primas es del 4%, mientras que la TAE estimada para las inmobiliarias cotizadas es del 3,75%. En renta fija, la subida prevista para la deuda de gobiernos emergentes en moneda local y de los créditos corporativos high yield es del 2,75%.
Aunque también en positivo, la rentabilidad de los bonos de gobierno de los países desarrollados y el crédito corporativo investment grade será inferior a los niveles de inflación. En Robeco esperan una rentabilidad anualizada del 1% y del 0,75%, respectivamente.
La rentabilidad de los bonos de gobierno domésticos con calificación AAA será negativa, al perder un 0,5% cada año, mientras que el efectivo dará un 1% anual en el próximo lustro.
Para los inversores con una cartera internacional cuya moneda sea el dólar estadounidense, las perspectivas son más prometedoras, ya que la gestora holandesa prevé que las demás divisas se revaloricen frente a la moneda estadounidense.
Esperan que el mercado alcista del 'billete verde' llegue a su fin en los próximos cinco años.
Tres escenarios
Además de analizar el comportamiento de los activos en el próximo lustro, Robeco también ha planteado tres hipotéticos escenarios económicos.
En su supuesto principal, el de aterrizaje forzoso que atenúa la inflación, esperan que la economía mundial experimente "una recuperación titubeante y fatigosa después de que Estados Unidos caiga en recesión en 2023".
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Estos expertos han rebajado la trayectoria de crecimiento estadounidense para los próximos cinco años del 2,3% en tasa anualizada al 1,75%. Una nueva previsión está por debajo de la tendencia. "El empeoramiento de los factores demográficos provocará una deceleración del crecimiento de la actividad real de China por debajo del 5%", advierten.
En su escenario alcista, esperan que el producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos repunte hasta el 3,75% en 2024 y que el crecimiento geométrico a 5 años anualizado se sitúe en el 2,75% en el periodo comprendido entre 2023 y 2027.
En este supuesto, Europa reduce su dependencia energética de Rusia y China logra la inmunidad de rebaño contra la Covid-19 en 2023. El gigante asiático alcanza el objetivo de crecimiento anual del 5,5% marcado por el PCC.
En su escenario bajista, prevén que el actual ciclo global de subidas de tipos y la subsiguiente recesión prevista en 2023 no resultan suficientes para que la inflación baje. Como ya sucediera con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en la década de 1980, en este supuesto serán necesarias dos recesiones para controlar la inflación.