La intervención del Banco de Inglaterra ha calmado a los mercados. La rentabilidad de la deuda británica se ha reducido y con ella la de toda la eurozona. De la misma manera, los descensos de la libra -y los del euro- se han frenado. En este contexto, el Ibex 35 ha terminado la sesión del miércoles con un descenso del 0,05% y en los 7.442,2 puntos.
El Ibex 35 ha logrado recuperar más de 150 puntos, después de haber marcado nuevos mínimos anuales intradiarios. A primera hora de la mañana, las fuertes caídas le han empujado hasta los 7.269,23 enteros. A pesar de reducir la caída, el selectivo de la Bolsa española ha sumado su séptima sesión consecutiva en rojo.
El Ibex 35 y el FTSE MIB han sido los únicos índices europeos que han terminado el día en negativo. El resto de principales bolsas del Viejo Continente han cerrado al alza. Y eso a pesar de haber sufrido fuertes caídas.
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Los descensos de las bolsas europeas se han acelerado después de que la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, haya reiterado que la institución debe seguir elevando los tipos de interés para controlar la inflación, incluso si la consecuencia de una política monetaria más agresiva es un crecimiento económico más débil.
La inflación, ha señalado, debe volver al 2% a medio plazo. Y para eso “haremos lo que tenemos que hacer, que es seguir subiendo los tipos de interés en las próximas reuniones”, ha indicado la francesa en su intervención en un foro económico organizado en Fráncfort por Atlantic Council.
Por el contrario, la intervención del Banco de Inglaterra ha servido para que las caídas se redujeran. La institución ha comenzado a tomar medidas para frenar la sangría de la libra y la escalada de rentabilidad de la deuda británica. Así, comprará tantos bonos como sea necesario hasta el próximo 14 de octubre con el objetivo de estabilizar el mercado.
"En línea con su objetivo de estabilidad financiera, el Banco de Inglaterra está listo para restaurar el funcionamiento del mercado y reducir cualquier riesgo de contagio a las condiciones crediticias para los hogares y empresas del Reino Unido", ha explicado en un comunicado publicado este miércoles.
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Tras el anuncio, la rentabilidad de los bonos británicos ha caído con fuerza. El interés de la deuda de Reino Unido a 10 años se relajaba al 4,03% y lo mismo ha sucedido con los bonos de la eurozona. El interés del bono español a 10 años cedía al 3,23%; el italiano, al 4,58% y el alemán, al 3,32%.
Después de haber tocado el 4% -niveles no vistos desde 2008-, el interés del bono estadounidense a 10 años bajaba al 3,76%. La caída de la rentabilidad de la deuda permitía que los principales índices de Wall Street se anotaran subidas superiores al 1%.
El Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq habían comenzado la jornada en negativo. Las alarmas saltaron al otro lado del Atlántico después de que Bloomberg publicase una información sobre Apple. Según la misma, la compañía de la manzana habría dejado a un lado el plan de aumentar la producción de nuevos iPhones, ya que la demanda no habría cumplido con las expectativas.
Al cierre de las bolsas europeas, el euro y la libra escalaban hasta los 0,963 y los 1,074 dólares, respectivamente. De la misma manera, el petróleo Brent recuperaba posiciones.
El crudo de referencia en Europa sumaba un 2,18%, hasta los 86,68 dólares por barril. La perspectiva de una ralentización de la economía global ha pesado en los últimos días sobre la evolución del petróleo, mientras los analistas mantienen su atención en posibles ajustes de oferta por parte de la OPEP+.
Más allá de los intereses de los bonos, la atención también sigue centrada sobre el precio del gas natural, que este miércoles se incrementaba un 11,78% hasta alcanzar los 208,03 euros por megavatio hora (MWh). El repunte del martes llegó en algunos momentos a superar el 20% después de conocerse que los gasoductos Nord Stream I y II sufren fugas a su paso por el mar Báltico.
Según informa el diario Der Tagesspiegel y recoge la agencia Efe, las autoridades alemanas consideran que las fugas detectadas en el Nord Stream 1 y 2 en aguas bálticas han dejado inutilizado para siempre el gasoducto ruso.
De acuerdo con las valoraciones en curso, los daños no podrán repararse rápidamente y las aguas marinas se filtrarán en las tuberías, lo que provocará una corrosión irreversible, apunta el medio.