Meliá Hotels International logró un resultado neto de 52,6 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que significó un crecimiento del 131,6% en comparación con el mismo período del año anterior. Los ingresos (excluyendo plusvalías) fueron de 532 millones de euros, superando en un 3% los del mismo periodo de 2019.
Tras su última revisión de las guías, la compañía confirmó que “a nivel general se están cumpliendo las perspectivas positivas sin detectar hasta el momento impactos por el temor a una posible recesión en 2023”.
Pero no debemos fiarnos, ya que en la actualidad, los fundamentales se encuentran en el segundo lugar de valoración por parte de los inversores, por detrás del sentimiento inversor, que ya ha desarrollado fuertes alzas durante los últimos dos meses.
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Sin embargo, la confianza de la empresa y el apoyo de los inversores, tanto en el sentimiento del mercado como en los resultados, podrían ofrecer la oportunidad de un último impulso antes de la corrección, e incluso, una leve ruptura de la principal directriz bajista, algo que, sin embargo, es menos probable.
En este sentido, con una entrada a mercado, buscaríamos el primer objetivo al superar los 5,21euros por acción, nivel de precios anteriores hasta la convergencia del precio con la directriz (línea azul) y un mínimo de marzo en los 5,35 euros por acción.
Para los perfiles más arriesgados, buscaríamos un prueba de la zona de resistencia de precios marcada por el último nivel de control entre julio y septiembre, en los 5,56 euros.
El límite de pérdidas, o stop loss, estaría situado por debajo de la marca de 4,93 euros por acción, donde los cierres anteriores contuvieron al precio. Un segundo stop loss podría situarse en los 4,78 euros por acción, donde se asumiría una mayor corrección por debajo de la mecha de rechazo de los compradores del pasado día 18 de noviembre.
***Darío García es analista de XTB