La Comisión Europea ha propuesto este miércoles que las empresas que negocian con derivados estén obligadas a liquidar parte de sus transacciones en cámaras de compensación de la Unión Europea con el fin de reducir su excesiva dependencia de otros países, en particular del Reino Unido, para una actividad esencial para la estabilidad financiera.

Las cámaras de compensación o casas de contrapartida central (CCP, en inglés) actúan como intermediarias de las operaciones con derivados entre entidades respondiendo en caso de impago de una de las partes, lo que hace de ellas un actor clave para la gestión de riesgos y la estabilidad del sector financiero.

La inmensa mayoría de la actividad de compensación de derivados en euros y otras monedas comunitarias se lleva a cabo en el Reino Unido, considerado país tercero desde su salida de la UE, que no ha logrado su propósito de atraer buena parte de este negocio hacia las centrales de contrapartida comunitarias tras el brexit.

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La propuesta presentada este miércoles, según informa la agencia Efe, plantea exigir a las firmas que estén obligadas a pasar por casas de compensación a liquidar "al menos una proporción de ciertos derivados sistémicos en cuentas activas en CCP de la UE".

Esto afectaría, en concreto, a los derivados de tipos de interés denominados en euro y zloty polacos, los seguros de impago de deuda (CDS, en inglés) y los derivados de tipos de interés a corto plazo denominados en euros.

Atajar la "vulnerabilidad"

La proporción que tendrá que pasar por las CCP europeas será fijada por la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA), una vez que entre en vigor la legislación, para lo que tendrá en cuenta "los costes, riesgos y la carga de tal calibración supondrá para los bancos y empresas, el impacto sobre su competitividad y el riesgo de que los costes sean trasladados a otras firmas".

Además, podrá fijar periodos transitorios para cumplir con este requisito, que conllevará un coste para las firmas, según reconoce la Comisión.

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El Ejecutivo comunitario insiste en que no se trata de una medida diseñada para "castigar" al Reino Unido o motivada por una desconfianza en la regulación británica, ni específicamente para atraer este negocio a los Veintisiete, puesto que no prohíbe seguir utilizando CCP de terceros países, sino para atajar la "vulnerabildiad" que supone depender tanto de terceros, explicaron fuentes comunitarias.

"Asegurará que la UE tiene un sistema de liquidación seguro, robusto y atractivo, que puede soportar choques económicos en caso de una crisis como la repentina pérdida de acceso a una CCP. Debemos poder tener una supervisión continúa e inmediata", dijo el presidente de la Comisión Valdis Domrovskis, quien reconoció que Bruselas quiere "incentivar más actividad de compensación en la UE hasta el punto necesario para salvaguardar la estabilidad del mercado".

Simplificar procesos

La propuesta plantea, con este fin, simplificar los procesos para que las CCP europeas puedan ofrecer nuevos servicios o ampliar los existentes, al tiempo que busca atajar algunos de los problemas detectados a raíz de la reciente crisis energética por las dificultades de algunas firmas para aportar el colateral necesario para la liquidación de derivados energéticos.

En concreto, plantea mejorar la transparencia sobre estos márgenes, ampliar los activos que pueden ser utilizados como colateral para incluir garantías públicas y bancarias, exigir más información sobre la exposición a derivados intragrupo o mejorar el cálculo de los umbrales a partir de los cuales se exige pasar por una CCP, entre otros.

Negociación

La propuesta, que implicará enmendar cinco regulaciones comunitarias, tiene ahora que ser negociada entre los Estados miembros y la Eurocámara, tal y como recoge Efe.

A finales de 2019, el negocio de derivados OTC ascendía a 500 billones de euros a nivel mundial y un 30% de los mismos (unos 150 billones de euros) está denominado en euros u otras monedas comunitarias.