Los principales índices de Wall Street iniciaban la última sesión de la semana al alza, tras conocerse que la creación de empleo en Estados Unidos se moderó el pasado diciembre. A pesar de ello, la tasa de paro cayó dos décimas, hasta el 3,5%.
Exactamente, en el último mes del año la economía estadounidense creó 223.000 nuevos puestos de trabajo, 40.000 menos que durante noviembre, en un momento en el que todos observan los efectos que pueden estar teniendo sobre el mercado laboral las subidas de tipos de interés para contener la inflación.
De hecho, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés) señala que durante todo 2022 -año en el que la inflación se ha desbocado por los fallos en la cadena de suministro global derivados de la pandemia y la Guerra de Ucrania- se crearon 2,2 millones menos de puestos de empleo que un año antes: 4,5 millones, frente a los 6,7 millones de 2021.
La Bolsa de Nueva York reaccionaba con subidas a estas cifras. El Dow Jones subía un 1,14%, hasta los 33.308,89 puntos; el S&P 500, un 1,13%, hasta los 3.851,27 puntos, y el Nasdaq, un 0,92%, hasta los 10.401,61 enteros.
Los inversores han interpretado la menor creación de empleo como un signo de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) podría levantar el pie del acelerador en lo que a endurecimiento de su política monetaria se refiere.
Sin embargo, a principios de esta semana -a través de la publicación de las actas de su reunión de diciembre- los miembros del banco central estadounidense dejaron claro que están centrados en luchar contra la inflación. Y ello a pesar de haber moderado el ritmo de las subidas de tipos a 50 puntos básicos, frente a los incrementos de 75 puntos básicos utilizados en cuatro citas consecutivas.
La preocupación por que las rápidas subidas de tipos lleven a la economía al borde de una recesión fue uno de los principales factores que lastraron la evolución del parqué neoyorquino en 2022, año en el que los principales índices de Wall Street registraron su mayor caída anual desde la crisis financiera de 2008.
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Las dudas de 2022 se habían mantenido en las primeras sesiones de este 2023. De hecho, la renta variable estadounidense se acercaba a cerrar la primera semana del año en negativo. Por ejemplo, el jueves la caída del Dow Jones fue del 1,02%; mientras que el S&P 500 perdió un 1,17% y el Nasdaq, un 1,47%.
Tanto las peticiones iniciales de subsidios de desempleo semanales, una buena aproximación al comportamiento del paro semanal en Estados Unidos, como el número de empleos privados netos generados por la economía estadounidense en diciembre, que publica la procesadora de nóminas ADP, superaron por un amplio margen lo esperado por los analistas.
Sin embargo, las cifras oficiales de empleo han clamado los ánimos en Wall Street. Frente a las subidas de la Bolsa de Nueva York, la rentabilidad de la deuda estadounidense bajaba. El interés de los bonos estadounidenses a 10 años cedía hasta el 3,687%; mientras que el de los bonos a dos años se situaba en el 4,401%.
Esto descensos beneficiaban a las grandes compañías tecnológicas. Apple, Meta y Alphabet subían en torno a un 1%. Por el contrario, Tesla perdía un 6,4% después de que la compañía recortara los precios de los coches eléctricos en China por segunda vez en menos de tres meses.
Al otro lado del Atlántico también destacaba el desplome del 13,6% de Bed Bath & Beyond cayó un 13,6% después de que Reuters informara de que el minorista de artículos para el hogar se estaba preparando para solicitar la protección por bancarrota en las próximas semanas.