El auge de la rentabilidad de las letras del Tesoro -que se encuentra en máximos desde 2012- incrementa su atractivo y atrae al pequeño inversor ante la escasa recompensa que ofrecen los depósitos. De hecho, la deuda española a doce meses renta siete veces más que los mencionados productos bancarios.
Exactamente, y teniendo en cuenta los datos de la última subasta celebrada, el interés que ha ofrecido la deuda pública a 12 años se sitúa en el 2,998%, el nivel más elevado desde agosto de hace diez años. En cambio, la remuneración media que los depósitos ofrecen a las familias es del 0,41%, según las cifras del Banco de España actualizadas a cierre de noviembre.
La situación es parecida en todos los plazos en los que se ha ofrecido la deuda pública a corto plazo. El tipo de interés marginal de las letras a seis meses se colocó en la última emisión en el 2,599%, máximos de julio de 2012.
El último interés ofrecido por las letras a tres meses fue del 1,387%, niveles que no se registraban desde octubre de 2012. Mientras que el del papel (que es como se denomina a la deuda en el argot financiero) a nueve meses se encuentra en máximos históricos, en el 2,387%. Con todo, hay que tener en cuenta que estas emisiones no arrancaron hasta febrero de 2013.
“La banca está reaccionando todavía de una manera muy lenta a las subidas de los tipos. A un año, es mucho más rentable la letra del Tesoro que un depósito u otras alternativas como los fondos monetarios”, explica a EL ESPAÑOL-Invertia el economista Javier Santacruz.
Letras del Tesoro
Santacruz advierte de que si los bancos aumentan la oferta de depósitos las letras perderán atractivo. En contra de la deuda española a corto plazo también señala precisamente su duración. Es decir, el inversor tiene que gestionar los vencimientos, mientras que los depósitos se contratan una sola vez.
A su favor, juega la variable fiscal, ya que “las letras del Tesoro son el único activo de deuda que no tienen retención en IRPF sobre las ganancias”, indica Santacruz.
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En el mismo sentido, Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de Nextep Finance, apunta que “las letras son una alternativa clarísima a los depósitos. Hay una diferencia superior al 1% si compras letras del Tesoro respecto a hacer un depósito bancario al mismo plazo. Pero, además, la letra la puedes vender cuando quieras”.
Los inversores han puesto el foco en las letras del Tesoro tras más de siete años de travesía por el desierto, periodo en el que sus intereses fueron negativos. Las letras a tres meses fueron las primeras referencias por las que España comenzó a cobrar. Eran principios de 2015.
Tipos de interés
También fueron las últimas en volver a dar rentabilidad. Lo hicieron el pasado agosto, un mes después de que el Banco Central Europeo (BCE) subiese los tipos de interés por primera vez en once años.
En total, la institución europea incrementó las tasas de referencia 250 puntos básicos en 2022 para llevar el precio del dinero a máximos de diciembre de 2008. En su última reunión, la de diciembre, adelantó que se producirán nuevos incrementos "significativos" en las próximas citas del instituto emisor.
Tras alcanzar en 2008 máximos de los últimos veinte años -con 6.906 millones de euros-, la tenencia de deuda española por parte de las personas físicas no ha hecho más que registrar caídas anuales.
Sin embargo, 2022 puede ser diferente. “En este momento las letras españolas vencen en rentabilidad y tienen un riesgo más bajo que el que tienen los depósitos bancarios o un fondo monetario”, insiste Santacruz.
Según consta en las estadísticas del Tesoro, a cierre de octubre de 2022, las personas físicas tenían 1.658 millones de euros en deuda española, 600 millones más que a finales de 2021.
Teniendo en cuenta esos mismos datos, los principales tenedores de deuda española siguen siendo los inversores extranjeros, al tener en sus manos el 41% de la misma, unos 502.748 millones de euros. Les sigue el BCE, con el 33,78%, que equivale a 413.532 millones.
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Los bancos nacionales ocupan la tercera posición, al poseer 166.208 millones de euros (13,57%). A continuación se sitúan las aseguradoras, con 87.605 millones (7,16%); los fondos de inversión, con 22.249 (1,82%), y los fondos de pensiones, con 10.769 millones (0,88%). Todas ellas entidades que a su vez fabrican y ofrecen muchos productos de renta fija.
El resto de tenedores de deuda pública lo forman otras instituciones financieras, empresas no financieras y las Administraciones Públicas.
Todos estos tenedores, menos el propio BCE, los fondos de pensiones y las Administraciones públicas cuentan en su haber con más deuda española que cuando la institución presidida por Christine Lagarde comenzó a subir los tipos en julio.
“Las compras son una cuestión de lógica pura y dura” indica Santacruz, debido a que gran parte de las carteras de aseguradoras o fondos de pensiones están formadas por deuda pública.
“Como en cartera tienen letras o bonos a corto plazo comprados con tipos negativos ahora necesitan deshacerse de ellos y adquirir deuda con rentabilidad positiva. Cuanto más temprano compren, mayor posibilidad de generar rendimientos en 2023”, porque “lo están haciendo a precios bajos”.
De hecho, "lo tienen que hacer antes de febrero, cuando el BCE comenzará a vender bonos en el mercado”, destaca Santacruz, quien reitera que primero será el turno de los bonos alemanes, austriacos o franceses y que después lo será el de la deuda española o italiana.
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