La inflación ha enlazado varios meses de moderación en Estados Unidos, la eurozona o España. Pero una ralentización del crecimiento de los precios no es una bajada, a pesar de que, en opinión de Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, se quiere crear dicha narrativa.

“Tenemos que entender el factor de la inflación persistente”, ha advertido el economista durante la presentación de la estrategia de inversión de la entidad para los próximos meses, marcados por la incertidumbre en los mercados ante los últimos giros reflejados en la política monetaria de los bancos centrales y la amenaza de recesión en Europa.

“Tras la subida de tipos el precio de las materias primas agrícolas y energéticas se ha empezado a moderar rápidamente”. Por ello, ha considerado que ‘el efecto Powell’ -el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos- “ha sido mucho más rápido y mayor que ‘el efecto Putin’ previo”, en referencia al impacto que la invasión rusa de Ucrania tuvo sobre los materiales básicos en la primera parte de 2022.

Inflación

“Pero con el petróleo en 80 dólares por barril y los índices de fletes en negativo respecto al año pasado, la inflación sigue siendo elevadísima”, ha advertido. Además, ha subrayado que la inflación subyacente -que no tiene en cuenta ni la energía ni los alimentos frescos- está subiendo.

A pesar de que la inflación general “puede haber tocado techo”, a la espera de cómo se desarrolle la reapertura de la economía china, Lacalle cree que “no se ha doblegado la inflación ni muchísimo menos”.

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“El riesgo inflacionario está claramente a la baja, pero no totalmente controlado”, ha afirmado. Por ello, los bancos centrales seguirán subiendo tipos y reduciendo sus balances. Y ese, en su opinión, será “el gran factor para los mercados”.

En Tressis esperan que la inflación interanual en Estados Unidos se sitúe en torno al 3% o el 4% a final de año y que se reduzca en Europa hasta el 4% o el 5%. Es decir, más que doblarán el objetivo del 2% fijado por los bancos centrales.

Bancos centrales

Lacalle ha considerado que “los bancos centrales no están incorporando medidas agresivas en ningún sentido”, a pesar de que la Fed elevó en 2022 425 puntos básicos los tipos de interés, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) elevó sus tasas de referencia 250 puntos básicos.

“La subida de tipos en moderada y anunciada docenas de veces. La reducción de balance es lentísima. Los bancos centrales son conscientes de la elevada deuda y por eso son más acomodaticios de lo que se pone en los titulares”, ha explicado ante la prensa. Según Lacalle, los bancos centrales no tienen ninguna razón para bajar los tipos en la segunda parte del año.

De hecho, “que los bancos centrales bajen tipos a partir de la mitad de año es una mala noticia para los mercados”, porque supondría un empeoramiento de la situación económica.

Según Lacalle, "el riesgo de recesión es bastante más bajo de lo que era el año pasado”, aunque “eso no significa que pueda haber un susto”.

La eurozona podrá probablemente pasar de recesión a estancamiento, pero “evitar la recesión desde un punto de vista técnico disparando la deuda no es un éxito”.

Inversión

En este escenario, José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, ha señalado que por supuesto que hay oportunidades de inversión en 2023. En la sociedad de valores indican que la renta fija ofrece rentabilidades que no se veían en la última década y subrayan su faceta de reducción de riesgo en las carteras "a la vez que ofrece la ventaja de la diversificación".

La entidad valora que la primera parte del año será favorable para los sectores más defensivos y las compañías con políticas sostenibles de distribución de beneficios a sus accionistas.

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Así, están positivos en salud, consumo básico, defensa, lujo, telecomunicaciones y energías renovables. “También debemos incorporar otras industrias menos defensivas cuyas valoraciones vuelven a estar a múltiplos atractivos”, ha señalado Maté. Aquí entrarían sectores como software, semiconductores, comercio electrónico, biotecnología, Internet o servicios financieros.

En lo que respecta a las materias primas, creen que los precios se mantendrán relativamente altos frente a su media histórica. Se muestran positivos en aquellos materiales relacionados con la transición energética y creen que los precios agrícolas seguirán por encima de los niveles previos a la pandemia. Asimismo, en Tressis consideran que el oro “es buen activo para protegerse de una inflación persistente”.