Hace dos semanas, casi al mismo tiempo que un coloso bancario con 167 años de historia caía, una compañía estadounidense se disparaba en bolsa. El primero era Credit Suisse y la segunda, GameStop, uno de los máximos exponentes de las conocidas como acciones meme, un fenómeno que se mantiene vivo de la mano de las nuevas generaciones y las redes sociales.
Lo cierto es que a pesar de que la sangre llegó al río hace solo unos días, los problemas de Credit Suisse en términos de gestión de riesgos y gobernanza -como su exposición al fondo de cobertura Archegos o a la entidad británica Greensill Capital, por mencionar solo algunos- venían de lejos.
La reestructuración fallida durante los últimos meses no ayudó a solucionar la situación. Tampoco lo hizo la ampliación de capital que la entidad helvética ejecutó a finales de 2022 por 4.000 millones de francos suizos (unos 4.022 millones de euros) consiguió recuperar la confianza de inversores y ahorradores.
El banco terminó cerrando 2022 con unas pérdidas de 7.293 millones de francos suizos (unos 7.387 millones de euros al cambio actual). Los números rojos “superaron los beneficios obtenidos durante la última década”, apunta Joaquín Robles, analista de XTB.
Aunque “la fuga de clientes se aceleró en las últimas semanas, ya a principios de año el número había caído más de un 60% desde su punto máximo y en el último trimestre de 2022 salieron más de 110.000 millones de francos suizos (unos 110.795 millones de euros al cambio actual). Por lo tanto, la pérdida de confianza no se debió por un solo hecho puntual, fue por un conjunto de malas decisiones tomadas durante los últimos años”, explica Robles.
¿Quiebra?
Pero esa pérdida de confianza se acrecentó con la quiebra de Silicon Valley Bank en Estados Unidos. Los credit default swaps -los conocidos como CDS, derivados que miden el riesgo de crédito de un determinado emisor- de Credit Suisse se dispararon.
“El mercado daba algo más de un 50% de probabilidades de que Credit Suisse hiciera default o impagase en el próximo año”, apunta Juan José del Valle, analista de Activotrade. La historia terminó con la compra del banco por parte de su vecino UBS.
Del Valle, haciendo mención al balance de una entidad, recuerda que “la mayor parte del pasivo de un banco son los depósitos de los clientes, mientras que buena parte del activo son los préstamos ofrecidos”.
“Si se rompe la confianza sobre una determinada entidad y desaparecen sus pasivos o depósitos, el desajuste en su balance está más que asegurado, sea el banco que sea e independientemente de los 'buenos' ratios de capital que manejase con anterioridad”, advierte.
Confianza
De forma general “cuando una empresa experimenta problemas o escándalos que erosionan la confianza de los inversores puede tener un impacto negativo en su reputación y en su capacidad para atraer y retener clientes e inversores”, subraya Franco Macchiavelli, analista en Admirals España. ¿Pero es siempre la confianza un elemento clave?
Apenas un par de días después de la compra de Credit Suisse por parte de UBS, cuando en las bolsas todavía resonaban las alarmas que había disparado el sector financiero, GameStop subía un 40% en una sola sesión bursátil. La subida, explican los expertos consultados, se debió a la vuelta a beneficio de la empresa tras dos años de pérdidas.
Acciones meme
Pero los títulos de GameStop son consideradas como acciones meme. La mememanía comenzó en la primavera de 2020 y cogió ritmo a principios de 2021. En plena pandemia, miles de inversores minoristas se unieron en foros de Internet -especialmente en WallStreetBets, de Reddit- para impulsar la cotización de pequeñas empresas cotizadas del parqué neoyorquino cuyos negocios no se encontraban precisamente en un buen momento. AMC o BlackBerry son otros ejemplos.
En 2021 la unión de muchos pequeños inversores en plataformas digitales o redes sociales logró poner en serios problemas a gigantes como Melvin Capital y a Citron Research, los dos hedge funds que apostaban en contra de las acciones de GameStop. Esto, en opinión de Macchiavelli, “deja una clara señal de que la organización de los minoristas, junto con las nuevas tecnologías, supone un cambio en las reglas del juego”.
Fruto de esa unión, las acciones de GameStop se dispararon un 209,9% y en 2021 subieron un 687,6% -aunque los avances llegaron a ir mucho más allá- para después caer un 50,24% en 2022. En lo que va de año los títulos de la cadena de tiendas de videojuego suben casi un 22%.
AMC, la compañía de cines, se disparó un 1.183% en 2021 y, tras perder un 75,6% en 2022, sube un 22% desde el pasado enero. El repunte de BlackBerry en 2023 es similar, aunque las subidas y bajadas anuales del exfabricante de móviles en los ejercicios anteriores son mucho más suaves.
Nuevas generaciones
Todo “lo que rodea a las acciones meme no tiene ningún sentido”, considera Del Valle. “Solamente se tiene que dirigir uno a alguna de estas redes sociales donde inversores minoristas comentan sobre una u otra compañía para influir en el comportamiento de la misma”.
El analista de Activotrade habla claro: “Poco se distancia esto de ir al casino a realizar una apuesta”.
El fenómeno de las acciones meme está íntimamente ligado a la llegada al mundo de la inversión de las generaciones más jóvenes -como los millennial o los Z-, quienes poseen los conocimientos técnicos para usar las redes sociales, así como una plataforma de negociación.
Según destaca Del Valle, estos inversores están “normalmente menos formados financieramente para previamente sentarse a pensar o analizar qué es lo que está comprando o vendiendo, más focalizados en obtener un beneficio alto en un periodo corto de tiempo”.
FOMO y YOLO
Robles pone el foco sobre dos conceptos relacionados especialmente con las acciones meme, FOMO y el YOLO, a pesar de que resta importancia a estos fenómenos en la actualidad, al considerar que “hoy en día no representan una tendencia de inversión”.
FOMO son las siglas de "fear of missing out", cuya traducción viene a ser “miedo a perderse algo” y que en el mundo de las finanzas señala el miedo de los inversores a perderse las subidas de algún activo.
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De forma similar, detrás del vocablo YOLO se encuentra la afirmación "you only live once", que puede traducirse como “solo se vive una vez”. Una sentencia que en la vida puede llevar a muchas personas a ignorar los problemas y que también se puede aplicar a la inversión.
A pesar de que “el fenómeno de las acciones meme ha disminuido desde el auge experimentado a principios de 2021, todavía es posible ver nuevas fluctuaciones en los precios de las acciones impulsadas por la actividad de los inversores minoristas”, señala Macchiavelli.
Sin embargo, y tal y como advierte Robles, “este fenómeno no supone un cambio en la forma de invertir, sino una nueva forma de hacerlo complementaria, pero nunca sustitutiva de los métodos tradicionales, basado en los datos fundamentales, el análisis técnico y el contexto macroeconómico”.