A la quiebra de Silicon Valley Bank a principios de marzo le siguió la compra de Credit Suisse por UBS y ahora son los problemas de First Republic Bank los que han reavivado cierta preocupación sobre el sector bancario. A pesar de que la situación se presume acotada, y los riesgos de contagio parecen mínimos, la gran banca europea no ha logrado recuperarse en bolsa.
Exactamente, el Stoxx 600 Banks -el índice que recoge el comportamiento de las mayores entidades del Viejo Continente todavía- cae en torno a un 10,75% desde que comenzaron las turbulencias del sector bancario al otro lado del Atlántico.
De todas las entidades que forman parte del mencionado indicador, las mayores caídas -teniendo en cuenta el precio de cierre de la sesión del 8 de marzo y el de este miércoles- son las Bawag, el cuarto banco más grande de Austria (-24,8%); Banco Sabadell (-23,5%), y la entidad sueca Avanza (-21,3%). Rondan también el 20% las pérdidas del francés Société Générale (-20%) y el británico Standard Chartered (-19,5%).
Deutsche Bank, una de las entidades cuya viabilidad el mercado puso en duda en este periodo, se deja un 17,8%. Los bancos españoles caen en proporciones similares al de la mayor entidad de Alemania.
Tras Sabadell, la segunda entidad nacional más afectada es Bankinter (-18,8%). El valor de Unicaja, CaixaBank y Santander se ha reducido entre un 15% y un 17,2%, mientras que el menos perjudicado es BBVA, cuyo descenso no llega al 9%.
First Republic Bank
Por el contrario, solo el valor en el mercado de una entidad de todo el sectorial bancario del Viejo Continente se ha incrementado en este mes y medio. Se trata de BCV, el mayor banco del cantón suizo de Vaud, cuya cotización se ha elevado un 10%.
El último episodio de descensos, al menos hasta ahora, de la gran banca europea ha tenido lugar en estas dos últimas jornadas bursátiles. El detonante ha sido la fuga de depósitos -de en torno a 100.000 millones de dólares- que First Republic Bank sufrió a consecuencia de la pérdida de confianza registrada tras la quiebra de Silicon Valley Bank.
Una vez conocida la salida de depósitos, las acciones de la entidad se hundieron un 49% el martes y en torno a un 20% el miércoles, después de que los reguladores estadounidenses, los grandes bancos del país y otros posibles compradores de sus activos se abstuvieran de invenir para ayudar a la entidad con sede en San Francisco.
Por ahora, los intentos de First Republic Bank por vender activos para solventar el agujero de su balance no han dado frutos. Según informaba la cadena CNBC, la entidad está manteniendo conversaciones para una eventual venta de activos.
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Bloomberg ya había adelantado que el banco estaba explorando la venta de entre 50.000 millones de dólares a 100.000 millones dólares de activos, que incluyen hipotecas y valores a largo plazo.
Según Financial Times, los reguladores estadounidenses están dando tiempo para que se materialice una solución sin intervención pública. Pero los grandes bancos estadounidenses son reacios a asumir pérdidas a corto plazo por la compra de activos de First Republic Bank o que las mencionadas adquisiciones terminen siendo un problema para ellos.
Petición de ayuda
Para no incurrir en más pérdidas, First Republic Bank habría pedido a las grandes entidades del país que compren sus activos a tasas superiores a las del mercado. Este argumento se basa en que, si bien las entidades sumarían pérdidas, evitarían los precios más altos que impondría la Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) -similar al Fondo de Garantía de Depósitos español- en caso de que la entidad quebrase y tuviese que ser rescatada.
Ante los acontecimientos que en las últimas horas ha protagonizado First Republic Bank “es previsible que continúe la volatilidad en la banca regional de Estados Unidos, manteniendo los temores a una contracción del crédito con su consiguiente impacto negativo en la economía”, opinan en Renta 4.
“Lo más importante es diferenciar entre entidades pequeñas con particularidades concretas como First Republic Bank y el resto del sector que goza de ratios de capital elevados, exceso de liquidez y buenas perspectivas de beneficios”, indican los analistas de Bankinter.