Malas noticias en Wall Street. Los principales índices de la Bolsa de Estados Unidos iniciaban la sesión del jueves en rojo, mientras digerían la última reunión celebrada por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y crecían los temores sobre el sector bancario estadounidense. PacWest y Western Alliance se hundían un 45%.

Así, tras el toque de campana, el Dow Jones bajaba un 0,63%, hasta los 33.199,81 puntos; el S&P 500, un 0,53%, hasta los 4,068,91 puntos, y el Nasdaq, un 0,44%, hasta los 11.972,57 puntos.

El miércoles, el banco central estadounidense subió los tipos en 25 puntos básicos, hasta la horquilla de entre el 5% y el 5,25%, y dejó la puerta abierta a una posible pausa en los incrementos para poder evaluar los efectos que el endurecimiento de la política monetaria está teniendo sobre la economía del país.

Así abre Wall Street Eduardo Bolinches

Sin embargo, en la rueda de prensa posterior a la cita, el presidente de la Fed, Jerome Powell, consideró que era demasiado pronto para afirmar con certeza que las subidas de tipos habían terminado, ya que la inflación sigue siendo elevada. Además, alejó la posibilidad de que la institución recorte los tipos antes de que termine el año, un escenario que sí contempla el mercado.

Según la herramienta FedWatch de la CME, los inversores esperan que la Fed no mueva los tipos de interés en las reuniones que mantendrá en junio y julio, mientras que dan una posibilidad superior al 50% a que las bajadas comiencen en el encuentro que el banco central estadounidense celebre en septiembre.



En los últimos 14 meses, desde marzo de 2022, la Fed ha subido los tipos 500 puntos básicos para controlar las presiones sobre los precios en el que es su ciclo de endurecimiento de la política monetaria más agresivo desde la década de 1980.

El mercado laboral estadounidense se está debilitando debido a esos aumentos. Las solicitudes iniciales de prestaciones estatales por desempleo aumentaron en 13.000, a 242.000 la semana pasada, superando las previsiones de los analistas.

De PacWest a Western Alliance 

Más allá de las subidas de tipos, los inversores mantenían la atención sobre los bancos regionales estadounidenses. Las acciones de PacWest se hundían un 44,5%, a 3,6 dólares, después de que Bloomberg haya adelantado que la entidad está estudiando una posible venta.

De la misma forma, Western Alliance Bancorp se desplomaba un 45%. Según publica Financial Times, la entidad también está explorando opciones estratégicas, incluida una posible venta de todo o parte de su negocio. Se covierte así en el último banco regional de Estados Unidos en buscar un salvavidas en medio de las turbulencias del sector. 

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Sin embargo, la entidad ha emitido un comunicado en el que señala que "la información de hoy de Financial Times de sobre que Western Alliance está considerando una posible venta de todo o parte de su negocio es categóricamente falsa en todos sus aspectos. No hay un solo elemento del artículo que sea cierto. Western Alliance no está explorando una venta ni ha contratado a un asesor para explorar opciones estratégicas".

Los descensos lastraban al resto de bancos regionales estadounidenses, que arrastran una semana muy volátil tras la intervención y venta del First Republic Bank, que el lunes fue absorbido por el gigante financiero JPMorgan.

Así, los títulos de otras entidades regionales como KeyCorp, Valley National Bancorp y Zions Bancorp bajaban entre un 5% y un 8%.

La negativa evolución de estas entidades se reflejaba en los sectoriales bancarios estadounidenses. Así el índice KBW -en el que cotizan las entidades regionales- y el S&P 500 Banks, han caído un 29% y un 15%, respectivamente en lo que va de 2023.

Más allá del sector bancario, el tecnológico cobraba protagonismo, ya que, una vez finalizada la sesión, Apple presentará sus resultados empresariales. Qualcomm caía un 6,7% después de que las cifras hayan incumplido las previsiones.

Otras grandes tecnológicas como Meta, Microsoft o Alphabet subían entre un 0,3% y un 0,8%, aupadas por la bajada de la rentabilidad de los bonos estadounidenses. El interés de la deuda de Estados Unidos se reducía al 3,85%, mientras que la de los bonos a 10 años se moderaba al 3,36%.