Silicon Valley Bank, Signature Bank, Silvergate Bank y First Republic Bank. En menos de dos meses han quebrado cuatro entidades estadounidenses, al mismo tiempo que las perspectivas económicas de Estados Unidos han empeorado. Los inversores han buscado en el oro y las grandes tecnológicas refugio de las turbulencias bancarias y del posible descarrilamiento de la primera potencia mundial.
El Nasdaq 100 -el índice en el que cotizan los mayores gigantes tecnológicos de la Bolsa de Nueva York- acumula una subida anual que roza el 22%. Entre los principales indicadores bursátiles es el que registra un mejor comportamiento, como demuestra que el S&P 500 ha avanzado desde enero un 8% y el Dow Jones, solo un 1,6%.
La situación en Europa es similar a la de Wall Street. El repunte del Dax alemán ronda el 13%, misma subida que el Euro Stoxx 50, el índice formado por las 50 compañías del bloque de la moneda única. El avance del STOXX Europe 600 se acerca al 8%, pero el sectorial tecnológico se ha revalorizado un 16%.
"Las grandes empresas tecnológicas siguen siendo un refugio para los inversores en renta variable, lo que sin duda explica por qué el S&P 500 se ha mostrado relativamente resistente a las turbulencias bancarias", afirma Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote Bank. Por ello, "si los vientos cambian de dirección para las grandes tecnológicas, podríamos ver desmoronarse rápidamente las ganancias" del índice en el que cotizan las 500 empresas más importantes de Wall Street.
Las fuertes subidas de las grandes tecnológicas en bolsa tienen lugar después de que el Nasdaq 100 se hundiese un 33% en 2022. Fue el peor año para el sector desde 2008. Pero esa fuerte corrección ha supuesto una oportunidad para muchos inversores.
"Las valoraciones [de las compañías tecnológicas] están muy por debajo del máximo que marcaron durante la pandemia, pero cada vez se presta mayor atención a la rentabilidad y ha surgido un nuevo entusiasmo en torno a la inteligencia artificial (IA)", considera David Older, responsable de renta variable en Carmignac. Por estas razones, "el sector debería seguir registrando buenos resultados en el futuro", opina.
"¿Es el tecnológico un sector a pruebas de recesiones?", se preguntan en la gestora francesa. Como respuesta, Older señala que, aunque en el pasado la tecnología ha priorizado invertir en su expansión, "ahora las empresas tecnológicas se centran cada vez más en mejorar su rentabilidad ante la ralentización de la economía mundial".
Y para mejorar su rentabilidad las grandes tecnológicas se han lanzando a controlar el gasto. Tal y como ya informó este periódico, el sector despidió en el primer trimestre del año a tantas personas como en todo 2022: alrededor de 165.000 trabajadores. Los recortes de Amazon, Meta (Facebook) o Alphabet (Google) superaron los 10.000 empleados.
Este giro hacia la rentabilidad en todo el sector tecnológico favorecerá "la expansión de los márgenes y el crecimiento de los beneficios por acción durante el próximo año y posteriormente", subraya Older.
Tipos de interés
La tecnología -como el bitcoin, que se ha disparado un 75%- se ha beneficiado también de las expectativas de que las subidas de tipos hayan llegado a su fin en Estados Unidos. Los inversores esperan incluso que la Reserva Federal (Fed) comience a recortar las tasas de referencia en el último cuarto del año.
Pero no solo los activos más tecnológicos se han visto favorecidos por este factor. También lo ha hecho el oro, cuyo valor se ha incrementado un 11% desde que comenzó el año. Según datos de Refinitiv, el metal precioso rozó máximos históricos el pasado jueves, cuando acarició los 2.072,49 dólares por onza que llegó a alcanzar en agosto de 2020.
"Desde que tocó un mínimo de un año de 1.622 por onza en septiembre de 2022, el precio del oro ha subido más de un 20%. En marzo de 2023, los temores en torno a los bancos estadounidenses y la perspectiva, descontada desde entonces, de que los tipos de interés estadounidenses alcanzaran su nivel máximo antes de lo previsto, han impulsado los precios", apunta Stéphane Monier, director de inversiones de Lombard Odier.
La subida de uno de los activos refugio por antonomasia se refleja también en las acciones de las grandes mineras. Los títulos de Barrick Gold, Franco-Nevada, Wheaton Precious Metals Corp o Agnico Eagle Mines se han revalorizado entre un 211% y un 29% desde enero.
Según los analistas de JPMorgan es posible que las subidas de las compañías tecnológicas, del oro y las empresas relacionadas con el metal precioso se mantengan ante la preferencia de los inversores por estos activos como protección frente a una posible recesión en Estados Unidos.