Sede la Reserva Federal de Estados Unidos en Washington.

Sede la Reserva Federal de Estados Unidos en Washington. Chris Wattie Reuters

BLUE MONDAYS

El desapego del ciudadano por la situación económica

22 mayo, 2023 03:05

Tras el último informe de la Reserva Federal sobre el bienestar económico de las familias americanas comentado por Ben Carlson en su blog de finanzas, me llamó la atención la divergencia entre el nivel de satisfacción personal de los ciudadanos y el desapego por el estado económico de la nación.

Es cierto que es una encuesta de opinión con un evidente sesgo en función del momento en el que se realiza por lo que conviene ser cuidadoso para evitar analizar la euforia o depresión del encuestado. Lo que es claro es que la serie histórica ofrece una lectura cuando menos llamativa.

Los japoneses llaman hikikomori al fenómeno sociológico en el que las personas se retiran completamente de la sociedad durante un período largo de tiempo y se recluyen en el hogar con el objetivo de evitar cualquier compromiso como la educación, el empleo y las amistades. Si llevamos el hikikomori al plano económico las conclusiones no parecen muy alejadas.

Vuelvo al estudio de la Fed. Con unos salarios reales a niveles de 2019, salvo que se vuelva a la deflación vivida hasta justo esa fecha, la tendencia apunta a la idea de empobrecimiento de la población medida por el menor poder adquisitivo de los salarios.

Pues bien, ganando menos los trabajadores americanos manifiestan ser más felices. Es posible que la llegada del teletrabajo, el compromiso por facilitar una mayor conciliación familiar y el terrible efecto que causó en muchos trabajadores la pandemia, influyan en la respuesta a la encuesta de la Fed. El contrasentido es que mientras las personas afirman estar contentas con su situación manifiestan una enorme preocupación por su entorno y por la situación del país.

La tendencia apunta a la idea de empobrecimiento de la población medida por el menor poder adquisitivo de los salarios

De hecho, mientras la satisfacción personal se mantiene razonablemente alta lo que ha empeorado notablemente en este siglo es la valoración de la economía en su conjunto hasta situarse en mínimos. Como el propio Carlson afirma, es algo así como “estoy bien, pero todo lo demás es terrible”.

Posiblemente el lector se identifique con esa afirmación sobre todo si en su entorno personal o afectivo ha vivido momentos de salud delicados en los últimos años. Lo que para mí es claro es la tendencia creciente hacia una mayor reclusión poblacional, un factor que se aprecia especialmente en los jóvenes cuyas interacciones sociales se han multiplicado por 100 pero el contacto con la realidad ha disminuido geométricamente.

Ahora se prefiere trabajar con poca gente y tener menos relaciones fuera del trabajo incluso con más horas libres. Hay un rechazo a las reuniones que se han vuelto telemáticas y se renuncia a una mayor remuneración económica por compensaciones en especie en forma de menos horas laborales. Todo conduce a un imparable egoísmo bien entendido en el que el trabajador prioriza lo suyo por encima del bien conjunto.

En un año de elecciones la economía pesa mucho en el voto y los políticos lo saben. Por eso riegan de gasto público ineficaz y no productivo las calles de nuestras ciudades o regalan bonos a los jóvenes y pensiones a los mayores con presupuestos que no saben gestionar. Quizás de lo que no se dan cuenta es de que cada vez más les importa un carajo la economía en su conjunto y miran únicamente por su situación.

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