Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, ha respondido a las críticas que el jueves vertió Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, sobre la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). En su opinión, es "absolutamente necesario" que el supervisor tome estas decisiones.
"Como miembro del Consejo de Gobierno de BCE he apoyado todas las decisiones del BCE, incluida la última, y es absolutamente necesario para lograr el mandato de la institución", ha apuntado este viernes durante su intervención en el curso de verano que organizan la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y BBVA en la UIMP de Santander.
El gobernador responde así a las palabras de Díaz, que el jueves en este mismo foro calificó de "insensata" la política monetaria del BCE y, en concreto, las subidas de los tipos de interés que la institución lleva acometiendo desde julio del año pasado hasta la pasada semana. Y que continuarán, al menos, en julio. Para el gobernador, es necesario para que el BCE cumpla su mandato de estabilidad de precios, consistente en que la inflación se mantenga en el entorno del 2%.
Subida de tipos en julio
Precisamente, el gobernador ha dado por sentado que el próximo mes de julio se producirá una nueva subida de los tipos de interés, si bien se ha mostrado cauteloso con lo que ocurrirá a partir de entonces, dado que persiste la incertidumbre sobre la economía.
"Nos queda algo de camino por recorrer y tendremos que subir los tipos de interés nuevamente en julio. No es posible, sin embargo, anticipar las decisiones más allá de esa reunión", ha apuntado.
Una cautela que constrasta con la actitud de otros miembros del Consejo de Gobierno del BCE, que se han mostrado más agresivos. Un caso es el del presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, que afirmó hace unos días que las subidas de tipos continuarán más allá del verano.
La semana pasada, el BCE subió sus tipos de interés en 25 puntos básicos, al tiempo que elevó sus previsiones de inflación para mostrar que los precios seguirán subiendo hasta 2025 a un nivel que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, calificó de "inaceptable".