Los recientes resultados de Bankinter han decepcionado a los inversores, y esto ha llevado a que se reduzcan las expectativas sobre el resto del sector bancario. En particular, CaixaBank, el banco más grande de España, podría ver un deterioro similar en sus cuentas a pesar de que la cifra de negocio y de beneficios puede marcar un nuevo nivel récord.
Sin embargo, hay un factor positivo para CaixaBank: el consejo de administración del banco está gestionando la venta de la participación del FROB (el Estado) en el capital. Esta venta es necesaria para culminar la plena normalización del accionariado del banco, tras la fusión que este llevó a cabo con Bankia en 2020.
La venta de la participación del 17,5% que el Estado posee en CaixaBank, una operación que en principio debe materializarse antes de finales de 2025, se retrasará debido a las elecciones generales. Sin embargo, a medio y largo plazo es una buena noticia para los accionistas, ya que les permitirá obtener una mayor rentabilidad por sus acciones.
En este contexto, es probable que se produzca una corrección en el precio de las acciones de CaixaBank, lo que podría ser una oportunidad de entrada para los inversores. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el sector bancario sigue siendo volátil, por lo que el contexto no está exento de riesgo.
Con una entrada limitada dentro del rango de liquidez pendiente por cubrir, entre los 3,70 y los 3,76 euros por acción (rectángulo verde), marcaremos un stop loss por debajo del mínimo anterior en los 3,61 euros y el objetivo de beneficios en 4,07 euros, zona de cierre del hueco generado en el mes de marzo.
***Darío García es analista de XTB