Bolsa de Madrid.

Bolsa de Madrid. Eduardo Parra Europa Press

BLUE MONDAYS

El inversor pasa a modo miedo

30 octubre, 2023 02:46

La pasada semana tuve la oportunidad de asistir al que, posiblemente, sea el evento de mercado más importante que se celebra en España, fuera de los que organizan por su cuenta los bancos de inversión.

Personalmente, creo que es una gran oportunidad para testar el termómetro de mercado, el que de verdad recoge el sentimiento inversor y modula el grado de optimismo de gestores, analistas de fondos y ventas.

Una cosa son los datos que semana a semana tienen que ver con métricas cuantitativas, y otra muy diferente es el estado de ánimo de los que invertimos. George Soros dijo que no es posible ser optimista acerca de los precios sin ser pesimista sobre el público. Más o menos vino a decir que el inversor sólo es optimista cuando los precios se mueven al alza.

Sin embargo, hay datos cualitativos que van más allá de las rentabilidades o los datos de patrimonio, que es lo que nos contamos los que participamos del mercado en este tipo de eventos.

La principal ida que me traigo es que el inversor ha girado a un modo miedo que nada tiene que ver con la llegada de Halloween. Lo que estamos viviendo en esta segunda parte de año es muy significativo.

George Soros dijo que no es posible ser optimista acerca de los precios sin ser pesimista sobre el público

Hemos pasado de un año favorable para una cartera diversificada a un momento de dudas. Los retornos de la bolsa han caído a la mitad y la renta fija ofrece dudas teniendo en cuenta que la referencia más importante -el treasury- se dirige si nada lo impide en nueve semanas, a encadenar por primera vez en su historia tres años de pérdidas.

No es sólo la falta de visibilidad en la que todos coincidimos, sino lo que se aprecia en la actitud de los inversores hacia los retornos esperados. Según Aswath Damodaran la rentabilidad real de la bolsa desde 1928 es del 6,6% que compara con el 1,5% de los bonos y el 0,2% del cash.

La normalización de los tipos avanza con no poco dolor y mientras los bonos ya son invertibles, la renta variable apunta claramente a retornos más bajos. No olvidemos que en el pasado los costes de invertir eran notoriamente más elevados por lo que si igualáramos los costes reales netos no deberíamos estar muy lejos de una referencia del 5%, que ahora mismo parece exiguo para un inversor impaciente y cortoplacista.

En líneas generales, creo que el momento actual es muy relevante. Emocionalmente, hay una sensación de cierto abatimiento entre inversores y gestores que confirman eventos como el que hice mención al principio. Los inversores exigen y los gestores prometen, una postura a veces difícil de conciliar, pero sobre todo muy frágil así que lo que ocurra de aquí a final de año será anticipo de lo que afrontaremos el próximo año.

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