Los inversores se lanzan a por las letras del Tesoro. En las últimas subastas -especialmente en la de seis y doce meses, es decir, en el caso de los vencimientos más largos- la demanda de los pequeños ahorradores se ha elevado hasta alcanzar niveles nunca vistos. Temen que en las próximas emisiones su rentabilidad pueda caer cuando comiencen a bajar los tipos de interés.
La demanda de estos valores se ve "afectada por la percepción de que la rentabilidad podría empezar a caer a partir de los próximos meses, por lo que muchos ahorradores quieren aprovechar para invertir en estos niveles", explica Joaquín Robles, analista de XTB.
Asimismo, "durante las últimas subastas están coincidiendo los vencimientos de los inversores que contrataron letras el año pasado con los ahorradores que acuden por primera vez", añade el mismo experto. Cabe recordar que entre febrero y marzo de 2023 se aceleró el boom de las letras del Tesoro. Fue entonces cuando se dieron las largas colas en la sede central del Banco de España para invertir en letras del Tesoro.
Un año después los ahorradores utilizan los vencimientos para volver a invertir. "La deuda pública continúa siendo una de las alternativas más atractivas en términos de rentabilidad para los inversores más conservadores", subraya Robles.
Aunque el Tesoro no desgrana las cifras por el tamaño de los inversores, como aproximación a la participación de los minoristas se utilizan las pujas no competitivas -que son aquellas en las que sólo se indica la cantidad deseada, sin precio-, ya que en su mayoría procede de particulares.
En la subasta de este martes, las peticiones no competitivas de las letras a tres meses alcanzaron los 289,19 millones de euros, máximos no vistos desde el pasado octubre. Las pujas de las letras a nueve meses bajaron hasta los 426 millones de euros, pero lo hicieron tras haberse disparado a 1.013,6 millones durante la emisión anterior. Se trata de máximos históricos.
En la última subasta de letras a seis y doce meses, celebrada la semana pasada, la inversión de los particulares se disparó a 911,5 y 1.430,01 millones de euros, respectivamente. Nunca se habían alcanzado tales registros.
Mejora de la rentabilidad
La mayor demanda de los pequeños ahorradores ha ido acompañada de un incremento de la rentabilidad: en el caso de las letras a seis meses, hasta el 3,578%; en el de las letras a nueve meses, al 3,715%, y en el de las letras a doce meses, al 3,516%. La única excepción han sido las letras a tres meses, cuyo interés se ha moderado al 3,653%.
Tal y como explica Robles, la mejora de la rentabilidad se debe "a la expectativa de que los primeros recortes de tipos podrían tardar más de lo esperado". "La solidez del mercado laboral y el crecimiento de los salarios está provocando que la inflación continúe por encima de su objetivo", añade.
En este contexto, los mercados se han apresurado a ajustar sus perspectivas sobre los tipos de interés, de forma que se espera que el primer recorte tenga lugar en junio. Según datos de Refinitiv, los inversores dan un 82% de posibilidades a que el Banco Central Europeo (BCE) reduzca el precio del dinero en el encuentro que celebrará justo antes de que dé inicio el verano.
A la espera de que comience el descenso de las tasas, la rentabilidad de las letras del Tesoro se ha acercado a los máximos de las últimas décadas y que fueron registrados en octubre, cuando -de nuevo con la excepción de las letras a 3 meses- el interés ofrecido superó el 3,8%.
A pesar de que las bajadas de las tasas de referencia "podrían retrasarse hasta septiembre si la inflación no se estabiliza dentro de su objetivo", en XTB no esperan que vuelvan a alcanzar tal cota.
Anticipan que el primer recorte de tipos "marque tendencia y le sigan más descensos durante los meses posteriores". "En cuanto se acerque este momento las rentabilidades volverán a empezar a caer", advierten.
Renta fija
En opinión de Rafael Valera, CEO y gestor de renta fija de Buy & Hold, el inicio de las bajadas de tipos, previsto para mediados de año "sería muy positivo para los activos de riesgo, tanto para la renta fija corporativa como para la renta variable".
A pesar de que las bajadas de tipos supondrán "un recorte de las yields que podría restar atractivo al mercado primario" en determinadas emisiones, sin embargo, "se traduciría en la revalorización en precio de emisiones ya vivas en el mercado", indica. Y ello, a su vez, "podría traducirse en un impulso añadido a la rentabilidad conseguida".