Taiwán Semiconductor o TSMC fue fundada hace no muchos años, en 1987. Sin embargo, al poco tiempo consiguió consolidarse como una empresa fundamental para el sector de los chips. Tanto es así, que ahora es la líder de la industria y las compañías más importantes de Wall Street dependen de ella.
Las principales empresas de chips no tienen fábricas, sino que externalizan esta parte del proceso para centrarse en el diseño. Por eso Apple o Nvidia son dos de los clientes más importantes de TSMC, que sí que se dedica a la fabricación de los chips. De esta manera, el sector concentra la fabricación en unas pocas empresas que pueden beneficiarse de las economías de escala en una parte de la cadena de valor que es intensiva en capital.
La relevancia de la empresa ubicada en Taiwán es tanta que concentra en torno al 60% de la cuota de mercado de fabricación de chips, por lo que cualquier impacto en la empresa podría incrementar los problemas de suministros que ya están teniendo muchos sectores, aumentando los cuellos de botella. Las industrias automovilística, tecnológica e industrial dependen en gran medida de los semiconductores y por tanto de TSMC.
Esto se ve reflejado en sus cifras, que han aumentado a doble dígito en los últimos años. En concreto, desde 2017 los ingresos se han incrementado en un 14,1% anualizado y su beneficio por acción lo ha hecho en un 16% anual de media. Esto refleja que la empresa no solo ha sido capaz de mantener una buena posición competitiva, sino también de controlar sus costes, siendo eficiente en la producción.
Según esta trayectoria, podemos estimar unos beneficios por acción de unos 7,5 dólares para 2025. Si a esta cifra le aplicamos un múltiplo PER de 25 veces, en línea con su media, estaríamos hablando de un precio objetivo de unos 187,5 dólares por acción, lo que deja un potencial de más del 30% con respecto a los precios actuales.
Las acciones de TSMC están en un canal alcista desde abril del año pasado y rompió una resistencia a corto plazo en los niveles de 125,76 dólares. Además, ahora se enfrenta a otra resistencia de un plazo de inversión más alto en el entorno de los 141 dólares, pero si observamos su ADX podemos ver como la tendencia alcista es muy fuerte y va en aumento, además con su DI+ muy por encima del DI-. Esto nos hace pensar que el precio puede alcanzar los 187 dólares en el corto-medio plazo, a pesar de una ligera pausa reciente debido a un menor volumen.
*** Javier Cabrera es analista de XTB.