Decenas de personas hacen cola para contratar Letras del Tesoro, en el Banco de España, en febrero de 2023.

Decenas de personas hacen cola para contratar Letras del Tesoro, en el Banco de España, en febrero de 2023. Carlos Luján Europa Press

OPINIÓN MERCADOS BLUE MONDAYS

Aunque la deuda no despega el inversor aumenta su peso en las carteras

13 mayo, 2024 03:09

Hasta que los mercados de acciones se popularizaron entre los ahorradores a principios de los 80, gracias entre otras cosas al suelo de mercado generado por la etapa inflacionaria de los 70 y los altos niveles de tipos de interés, el inversor conservador estaba orientado de forma natural al mercado de bonos.

Desde la Gran Depresión, los cincuenta años posteriores han dado ciclos que permitieron una interesante combinación de rendimientos condicionada por el grado de aversión al riesgo. Eso fue el germen de la histórica proporción 60/40, que fue una referencia hasta que los tipos negativos provocaron que tener deuda en cartera no fuera una opción en términos de rentabilidad.

Hoy, con los tipos en un modo más amable vuelven a competir con la rentabilidad de la bolsa, o al menos eso es lo que nos han venido contando por mucho que los índices de renta fija no estén dando este año el rendimiento esperado.

Entender esta proporción es relativamente sencillo. Supongamos un inversor que contempla el 3,5% del Tesoro a diez años durante la próxima década. Eso se traduce en 3.500 euros al año para un total de 35.000 en pagos de intereses durante la vida del bono. De forma compuesta, ese interés permite obtener un interesante rendimiento del 40% con muy poco riesgo.

Si le parece escaso, la opción es tomar el dividendo del mercado de acciones como alternativa, elevando la rentabilidad esperada -que no cierta- al 4% anual (todo evidentemente antes de impuestos). En ese caso el retorno se acercaría al 50% compuesto. Nada glorioso, pero sí más atractivo.

Hoy, con los tipos en un modo más amable vuelven a competir con la rentabilidad de la bolsa.

Pero los rendimientos en el mercado de valores no funcionan igual que los pagos regulares de cupones de bonos. Los dividendos tienden a aumentar con el tiempo de forma que siempre han sido una maravillosa protección contra la inflación a medida que las empresas aumentan esos pagos con el tiempo.

Los rendimientos del mercado de valores y los rendimientos del mercado de bonos son animales diferentes con diferentes características de riesgo. Hay que comprender en qué se está invirtiendo y por qué antes de realizar inversiones en cualquier clase de activo o estrategia.

La buena noticia es que la diferente naturaleza de las acciones y los bonos los hace útiles como vía de diversificación.

Los bonos proporcionan ingresos regulares a intervalos preestablecidos, mientras que las acciones brindan acceso a flujos de efectivo y ganancias que históricamente han crecido más que la tasa de inflación.

La diversificación no funciona todo el tiempo, pero sí la mayor parte del tiempo y eso es lo mejor que se puede esperar de los mercados.

La inflación es un riesgo a largo plazo para los flujos de efectivo de los bonos, pero las acciones ayudan a protegerlo contra el impacto dañino del aumento de los precios.

Por el contrario, el mercado de valores es impredecible a corto plazo, mientras que los bonos tienden a ser más estables y aburridos (al menos los bonos a corto plazo).

Y si queremos llevar esto un paso más allá, los mercados monetarios o las letras del Tesoro son una cobertura mucho mejor que los bonos en un entorno de tasas de interés e inflación en aumento. Recuerde que el efectivo es una terrible cobertura contra la inflación a largo plazo, pero una maravillosa cobertura contra la volatilidad y las tasas de interés en el corto plazo.

Si se suma todo, una cartera que utiliza alguna combinación de acciones, bonos y efectivo proporciona una opción duradera que utiliza clases de activos simples. La diversificación no funciona todo el tiempo, pero sí la mayor parte del tiempo y eso es lo mejor que se puede esperar de los mercados.

Una charla celebrada en la CEN.

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