Christine Lagarde

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BLUE MONDAYS

Un recorte de tipos no es suficiente

10 junio, 2024 02:39

Finalmente, el BCE movió ficha y la semana pasada anunció su primer recorte de tipos en ocho años cambiando el rumbo iniciado en 2022 cuando afrontó un inusual ritmo de subidas (diez en total). Todo acorde a lo que se esperaba.

Cuando la política monetaria es tan previsible pierde efectividad. Una cosa bien diferente es utilizar esta herramienta según el ciclo, o como respuesta a un shock de oferta, y otra bien distinta es actuar como consecuencia de un consenso.

Es tal la sensación de que todo estaba preparado que incluso las declaraciones en la mañana del viernes de relevantes empleados del banco (De Guindos, Simkus, Schnabel, Makhlouf, Nagel…), fueron acordes a un guion de “si pero no”.

Cuando la política monetaria es tan previsible pierde efectividad

La necesidad de relajar la política monetaria, según la interpretación más ortodoxa, se justifica por una búsqueda de estímulo en la demanda relajando las condiciones monetarias de forma que los consumidores y las empresas aumentan su consumo en forma de gasto e inversión.

Esto sobre el papel es así. La realidad es que los agentes se anticipan y adelantan sus decisiones en función de las expectativas. Si la previsión es una especie de esperar y ver, que en lenguaje de bancos es ser "market dependent", la efectividad del recorte es limitada.

Es verdad que hay margen para seguir bajando, pero hay que ser conscientes de a quién beneficia esa bajada. Alemania viene de una mini recesión, pero el consumo y el empleo siguen relativamente fuertes, eso sí, con la inflación alta. La situación de confianza y los datos en algunas economías grandes, Francia e Italia, pueden apoyar otro recorte. Aquí hay división.

Quien realmente recibe este estímulo son los propios gobiernos que con una ratio de deuda sobre PIB del 88,6% sienten la presión de los intereses. La carga financiera media agregada sobre PIB es de casi el 3%, mínimos de este siglo y lejos del 5,8% máximo alcanzado, perorepresenta un peso elevado en el presupuesto público.

Lo ideal en este punto es que el mercado se autocalibrase haciendo menos necesarios niveles altos de gasto público, rebajando con ello la deuda y el déficit.

Europa necesita sostener su crecimiento con algo de inflación para seguir rebajando la carga de la deuda. Y eso requiere de un timing difícil de calibrar. Es posible que Alemania no necesite bajar muchos los tipos pues su ciclo se vio impactado por un  factor extraordinario como fue la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética, y lo cierto es que avanza en su proceso de normalización.

Lo ideal en este punto es que el mercado se autocalibrase haciendo menos necesarios niveles altos de gasto público, rebajando con ello la deuda y el déficit. Pero como mencionaba anteriormente la sensación no es de un cambio agresivo en el BCE porque no se dan las condiciones para justificar un ciclo prolongado de rebajas, por lo que es complicado que los agentes que demandan crédito ajusten sus expectativas y preferirán seguir limpiando sus balances a la espera de que la inflación por fin sea tan baja que estimule niveles de tipos todavía más bajos y con ello su demanda de dinero más barato.

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