De hecho, el selectivo de la bolsa española podría haber acumulado un alza semanal mayor si no hubiera sido por la caída del 1,15%, hasta los 11.032,3 puntos, sufrida en la sesión de este viernes.

En la jornada que acaba de terminar, el índice nacional no sólo se ha visto afectado por el cuádruple vencimiento de los contratos de futuros y opciones sobre índices y acciones, lo que se conoce como cuádruple hora bruja y que incrementa la volatilidad de los mercados, sino que también se ha visto lastrado por el mal comportamiento del sector bancario.

Todas las entidades cotizadas en el Ibex 35 han terminado el día en negativo, protagonizando, además, algunas de las mayores caídas. Así, Bankinter ha cedido un 3,07%; CaixaBank, un 2,8%; Santander, un 2,33%; BBVA, un 1,82%; Unicaja, un 1,49% y Sabadell, un 0,9%.

Por el contrario, solo cinco compañías han terminado el día en positivo: Telefónica (+0,93%), Aena (+0,89%), Grifols (+0,63%), Iberdrola (+0,49%) y Enagás (+0,07%).

Las bolsas europeas también han cerrado en negativo una semana que ha sido positiva. Las bajadas de este viernes se han desarrollado tras conocerse que el crecimiento de la actividad del sector privado de la zona euro se frenó en junio.

Así se desprende del dato adelantado del índice compuesto de gerentes de compra (PMI), que ha bajado a 50,8 puntos desde los 52,2 del mes anterior. Se trata de su peor lectura en tres meses.

De Europa a Wall Street

En cualquier caso, las subidas semanales de los índices europeos sirven para revertir parte de las pérdidas sufridas la semana pasada, cuando el ánimo de los inversores empeoró ante la incertidumbre política de Francia y las consecuencias que esta pueda tener en la economía gala.

Así, el Dax alemán ha repuntado un 0,96%; el Cac 40 francés, un 1,82%; el FTSE 100 británico, un 1,71%, y el FTSE Mib italiano, un 2,57%. Es decir, la subida semanal del Ibex 35 es inferior a la de sus homólogos europeos.

De esta forma, las plazas del viejo continente han terminado al alza una semana que ha sido más corta de lo habitual en Wall Street. El miércoles no hubo actividad en la Bolsa de Nueva York debido al Juneteenth National Independence Day, día en que se celebra la emancipación definitiva de los esclavos en EEUU.

A pesar de contar con una jornada menos, la ganancia semanal acumulada por el Dow Jones era del 1,48%; por el 1,75% del S&P 500 y el 0,06% del Nasdaq. Como en el caso europeo, las caídas que los principales índices sufrían este viernes reducían el saldo positivo.

Tanto, que el Nasdaq ponía en peligro el avance semanal, tras haber cerrado al alza siete de las últimas ocho semanas. El índice tecnológico se veía afectado por un nuevo descenso de Nvidia. El fabricante de chips caía un 4,21%, tras haber perdido un 3,58% en la jornada anterior, y perdía el trono de mayor cotizada de Wall Street, un puesto que recuperaba Microsoft.

Más allá del comportamiento de los gigantes tecnológicos, los inversores al otro lado del Atlántico han seguido muy de cerca la evolución de la economía estadounidense. Exactamente, el PMI compuesto se elevó en junio hasta los 54,6 puntos, desde los 54,5 de mayo. Es el nivel más elevado desde abril de 2022.

Pese a la fortaleza de la primera economía del mundo, el mercado da una probabilidad del 58% a que la Reserva Federal (Fed) baje los tipos de interés 25 puntos básicos en septiembre. Además, sigue esperando que la institución apruebe dos recortes este año, según los datos de LSEG.

Esta semana la Fed y el Banco Central Europeo (BCE) han cedido su protagonismo al Banco de Inglaterra, el Banco de Noruega y el Banco Nacional de Suiza.

Bancos centrales

El jueves, exactamente a dos semanas de que el próximo 4 de julio se celebren elecciones en Reino Unido, el Banco de Inglaterra mantuvo el tipo de interés de referencia para sus operaciones en el 5,25%, el nivel más alto desde 2008 y sin cambios por séptima reunión consecutiva.

Como la institución británica, el Banco de Noruega dejó los tipos de interés invariables en el 4,5% y aplazó una posible bajada al próximo año.

En contra de sus homólogos el Banco Nacional de Suiza redujo las tasas de referencia 25 puntos básicos, hasta el 1,25%. Se trató del segundo descenso del precio del dinero de forma consecutiva, lo que mantiene a la institución helvética a la vanguardia de la moderación de la política monetaria.