En las últimas semanas, o incluso meses, el mercado bursátil de EEUU, y en particular el S&P 500, no ha dejado de batir máximos históricos por dos motivos:
-
La expectativa de un cambio inminente en la política monetaria de la Fed.
-
El síndrome FOMO en valores tecnológicos como Nvidia.
Evidentemente, el hecho de que la inflación estadounidense haya bajado en junio al 3% desde el 3,3% de mayo dio un nuevo impulso a los toros. Todo perfecto, ¿verdad?
Los nuevos datos apuntan a la posibilidad no sólo de un recorte de tipos en septiembre, sino de otro más adelante este año, por lo que el optimismo podría verse reforzado.
No es de extrañar, pues, que la reacción inicial fuera una caída del índice del dólar y de los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años, y que el S&P 500 se disparara al alza.
¿Abordarán por fin los osos el barсo?
No lo parece, ya que algunos advierten de otro posible problema grave en el país: la deflación o, peor aún, la recesión deflacionaria como ocurrió en la Gran Depresión.
La deflación o, peor aún, la recesión deflacionaria como ocurrió en la Gran Depresión.
Extraen esta conclusión de la continua desaceleración económica y de la caída del índice de precios al consumo (-0,1% intermensual en junio tras el 0% de mayo).
A primera vista el razonamiento tiene sentido, pero es importante entender que un mes de descenso no es necesariamente una tendencia.
Además, la deflación se mide anualmente para determinar si existe un descenso generalizado y sostenido y, como se ha mencionado, se sitúa en el 3%, lo que está lejos de territorio negativo.
Los precios tendrían que seguir bajando en los próximos meses para que esto se convirtiera en un problema. Por ahora, sin embargo, no hay motivos suficientes para ello.
Sí, la economía se ralentiza, pero aún no hay indicios de que se aproxime una recesión. Además, el mercado laboral sólo se está enfriando gradualmente.
Pero incluso si la situación empieza a deteriorarse rápidamente, la Fed reaccionará con una política monetaria más laxa y la inflación se acelerará.
Sin embargo, es cierto que el mercado se encuentra en niveles poco atractivos desde un punto de vista fundamental, por lo que conviene mantener la cautela.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.