En pocos años, Alemania ha pasado de ser la principal economía y motor de la zona euro a convertirse en un lastre que podría frenar no solo el crecimiento de toda la región, sino también el euro.

Desde hace meses, la producción industrial del país no logra repuntar, y lo peor es que, según los últimos datos, la esperanza de una rápida recuperación económica parece desvanecerse.

Así, el índice ZEW de sentimiento económico en Alemania cayó a 3,6 puntos en septiembre desde 19,2 en agosto, muy por debajo de las expectativas de 17,1 puntos y el nivel más bajo en once meses.

A pesar de ello, el índice DAX no muestra signos de nerviosismo y se mantiene en una tendencia general alcista. ¿Están viendo los inversores algo que los datos macroeconómicos aún no reflejan?

Podría ser. Si la situación en Alemania empeora, el Banco Central Europeo podría recurrir a recortes de tipos más profundos, como ha hecho en el pasado (sobre todo en 2001, 2002 y 2011).

Si la situación en Alemania empeora, el Banco Central Europeo podría recurrir a recortes de tipos más profundos

Pero ¿cómo ha llegado Alemania a esta situación?

Parte del problema es que Alemania dependía de la energía barata de Rusia, subcontratistas económicos en Europa del Este y exportaciones crecientes a China. Ahora, todo eso ha desaparecido.

Las sanciones contra Rusia y el sabotaje de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 han disparado los costos de energía, dejando a muchas empresas en problemas o incluso al borde de la quiebra.

Con el tiempo, la situación no ha mejorado mucho: se espera que este año se produzcan 21.500 quiebras de empresas alemanas, lo que supone un aumento del 21%, tras un incremento similar del 22% en 2023.

Hay que decir que los problemas no vienen sólo de los altos precios de la electricidad, sino también de los elevados tipos de interés, que dificultan el pago de la deuda o la obtención de nueva financiación.

Hay que decir que los problemas no vienen sólo de los altos precios de la electricidad, sino también de los elevados tipos de interés

Además, el deterioro de las relaciones entre la UE y China, unido al difícil entorno económico del país asiático, ha provocado un drástico descenso de las exportaciones alemanas a Pekín.

¿Adónde nos lleva esto?

Si la economía alemana no consigue despegar y hay indicios de que podría acabar provocando una crisis en la zona euro, el BCE podría bajar su tipo de referencia con mayor agresividad.

***Igor Kuchma es analista de Trading View.