Las disputas políticas en Francia, la pérdida de competitividad de las fábricas y plantas de la UE, los riesgos geopolíticos y unos precios del gas aún elevados parecen crear un terreno abonado para una nueva crisis.

Pero sólo a primera vista. La noche más oscura es la que precede al amanecer, y parece que ya hemos superado ese punto, lo que podría ser un factor de apoyo para el Stoxx 600 y el DAX.

¿Cómo se presenta el futuro para Europa? Es cierto que no faltan problemas, especialmente en Alemania, que se suponía que era el motor del crecimiento, pero que últimamente se enfrenta a uno de sus momentos más difíciles en años.

Hay motivos para creer que lo peor de la economía europea ya ha pasado, a menos que ocurra algo inesperado

No obstante, hay motivos para creer que lo peor de la economía europea ya ha pasado, a menos que ocurra algo inesperado, como una nueva guerra a gran escala, otra pandemia o el regreso de la crisis energética.

Así, empieza a verse la luz al final del túnel gracias, en parte, a los datos macroeconómicos que, en las últimas semanas, han mostrado una mejora tanto a nivel local como en toda la Unión Europea.

Para empezar, se ha frenado la caída de la producción industrial en Alemania: tras un descenso del 2,4% en julio, en agosto se registró un crecimiento del 2,9%, cuando sólo se esperaba un 0,8%.

Esta súbita mejora de la dinámica se debe principalmente al renovado crecimiento del sector del automóvil, que aumentó un 19,3% respecto al mes anterior, tras haber caído un 8,1%.

Lo más relevante es que el regulador parece haber vencido al monstruo inflacionario

Además, el índice de confianza de los inversores Sentix para la zona euro parece haber rebotado desde los mínimos recientes, mejorando hasta -13,8, en lugar del -14,6 que se esperaba.

Lo más relevante es que el regulador parece haber vencido al monstruo inflacionario. El BCE prevé un aumento de precios del 2,5% para 2024, y los nuevos datos están en línea con estas proyecciones.

Esto ha permitido al BCE empezar a recortar los tipos, que ahora se sitúan entre el 3,5% y el 3,9%. Así pues, parece que lo peor para la economía ha quedado, en principio, atrás.

El problema es que el potencial de crecimiento en Europa es bajo, y para estimularlo es necesario invertir en innovación, reducir la burocracia, evitar la sobrerregulación y no caer en políticas proteccionistas.

***Igor Kuchma es analista de Trading View.